Un guiño del destino: hoy se cumplen 10 años de una de las exhibiciones más convincentes de la España de Luis Aragonés. Fue en la Eurocopa de Austria y Suiza y tuvo a Rusia como rival. Precisamente a Rusia, rival en octavos de final el próximo domingo (16.00 horas). Cuatro hombres con minutos aquel día sobreviven una década después. Iniesta y Ramos, por España; Zhirkov e Ignashevich, por Rusia. La selección se agarra a ese grato recuerdo para preparar una cita con la intención de despejar las dudas que le dejó el desenlace de la fase de grupos ante Marruecos. Las mismas incertidumbres que asaltan a la selección anfitriona.

Porque Uruguay se encargó ayer de poner a Rusia en su sitio tras un inicio prometedor. Las victorias contundentes ante Arabia (5-0) y Egipto (3-1) habían servido para despejar las dudas con las que el conjunto de Cherchesov llegaba a la cita. Un dato basta para explicar las esperanzas rusas en su Mundial: inició la cita como el equipo 66.º en el ranking FIFA. La peor posición de su historia. Tampoco había dado motivos para la esperanza en la Copa de las Confederaciones, eliminada en la primera ronda tras ganar a Nueva Zelanda y caer con Portugal y México.

Pero el 5-0 ante Arabia de la inauguración hizo crecer la moral del grupo. Así se presentó Golovin, 21 años, la gran esperanza de los de Cherchesov. Talento en estado puro, capacidad para organizar el ataque y visión para dar asistencias. Cogía el testigo de Dzagoev, lesionado en los minutos iniciales en el isquiotibial y que apurará para estar ante España, Cheryshev, con un doblete. La segunda victoria ante Egipto reforzó la tesis de que Rusia estaba mejor preparada de lo que parecía. Apareció en escena entonces Artem Dzyuba, delantero poderoso de 1,96 metros, que se convertía en la referencia en ataque.

Los mayores halagos se han concentrado en el foco ofensivo, en la imprevisibilidad de los hombres de ataque. Las dudas siempre se han mantenido sobre la retaguardia. Y Luis Suárez y Cavani se han encargado de confirmar las sospechas. La primera ocasión en la que Rusia ha tenido un rival de enjundia, ha patinado. Ignashevich, 38 años, lidera una zaga desengrasada. Para el choque ante España, Cherchesov tendrá la baja del sancionado Smolnikov y la duda de Dzagoev. Moscú dirimirá un duelo entre dos equipos a los que la última jornada les ha dejado con dudas.