España es un país de supersticiones. Está la maldición del debut, de los cuartos de final, y ahora toca la de los anfitriones. La selección juega en octavos contra Rusia y contra la historia. La roja nunca ha logrado ganar un partido ante el organizador de un Mundial o de una Eurocopa. En nueve precedentes, fueron cuatro empates -contando el desempate contra Italia en 1934- y cinco derrotas. El éxito de todo un país depende de marcar más goles que Rusia, cuando España lleva más de medio siglo sin mojar ante un organizador. La última vez fue en Brasil, en 1950, y perdió 6-1.

La mala pata contra los de casa hunde sus raíces en tiempos de la Segunda República, contra Italia en 1934. El partido fue una guerra, con 11 lesionados -siete españoles y cuatro italianos-, y la perdieron los que las iban a perder siempre. Encima, eran cuartos de final. La España de Lángara se adelantó con gol de Luis Regueiro, en Florencia. Ferrari empató para la Italia fascista. Al día siguiente se tuvo que disputar un partido de desempate. España, plagada de bajas, entre ellas de Ricardo Zamora, con varias costillas rotas, perdió 1-0. Con Giuseppe Meazza, que marcó el gol, empezó todo. Y hasta hoy, sigue la maldición.

La siguiente pifia sería en el Mundial de Brasil, en 1950. Hasta la época moderna, fue lo más cerca que estuvo España de una final. Si bien, en Maracaná con 150.000 espectadores, la canarinha despedazó 6-1 a la selección. Igoa tiene el honor de haber sido el último compatriota en marcar contra una anfitriona.

A partir de 1980, el drama se extendería a las Eurocopas. En la de 1980, la selección de Quini no pasó del empate en el debut contra Italia. Fue eliminada en grupos, tras perder contra Bélgica e Inglaterra. Casi cambia la historia, en París, cuatro años después. Sin embargo, el balón de Platini que se le escapa a Arconada provocó que Francia se llevara su torneo (2-0). En Alemania 88 e Inglaterra 1996, la tragedia se repitió. En la primera, en Munich, España apenas hizo cosquillas a los germanos. Y en Wembley, en los penaltis, el equipo nacional perdió en cuartos con los británicos.

Ya en este siglo, nadie olvida los cuartos contra Corea del Sur en el Mundial de 2002. Tras ver como a España le anulaban dos goles legales, los asiáticos pasaron en los penaltis, tras el empate inicial. El último descalabro fue en 2004, cuando Portugal, en la Eurocopa, apeó a la roja en grupos, con gol de Nuno Gomes.