Muchos en Alemania coinciden en pedir cambios en el fútbol del país tras la eliminación, pero jugadores y expertos son cautos sobre la cuestión del seleccionador y hay quien cree que Löw debe continuar.

A su llegada ayer a Fráncfort, Löw no despejó la incógnita. "Lleva un tiempo digerir todo. El equipo no ha mostrado lo que puede hacer normalmente y yo, como entrenador, soy el responsable. Tengo que preguntarme por qué no hemos triunfado", declaró a los periodistas.

El presidente de su Federación, Reinhard Grindel, habló de la necesidad de "cambios profundos" y dio de plazo hasta la próxima semana para que Löw manifieste sus planes.

"Estamos en la primera línea" del fracaso, afirmó Neuer. "Esto no tiene nada que ver con el técnico", apuntó. "Los cambios siempre llegan después de los torneos. ¿Qué amplitud van a tener los de ahora? Ni idea", había admitido Kroos después de la derrota 2-0 contra Corea del Sur. La capacidad para analizar las catástrofes y los fracasos para extraer lecciones es un rasgo cultural en Alemania.

La eliminación en la primera fase de la Euro 2004 conllevó una revolución: Klinsmann llegó y cambió todo en el equipo, aportando ideas innovadoras sobre la formación, la táctica, la preparación de la Mannschaft.

Löw, que era su ayudante, siguió en esa línea en 2006 y desde entonces Alemania había llegado al menos hasta semifinales en todos los grandes torneos.