No es otro rumor veraniego; lo de Cristiano, esta vez, va en muy serio. El portugués está en la rampa de salida del Madrid después de nueve temporadas y casi 500 goles. Su destino no será el PSG o el Manchester United, como se lleva tiempo especulando, Cristiano apunta a convertirse en el fichaje del siglo del fútbol italiano. La ilustre Juve está dispuesta a romper la banca y pagar unos 100 millones de euros al Madrid, después de que Florentino le haya rebajado la cláusula, que era de 1000 millones, para facilitar una posible salida. La operación, contando traspaso y sueldo del jugador, se cerraría en unos 500 millones en total.

Desde Turín no ocultan el interés real en Cristiano. Giuseppe Marotta, consejero del club, eludió ayer responder en Milán a las preguntas de los periodistas sobre un hipotético fichaje, (adelantado por La Sexta), pero no negó el asunto y dejó una sonrisa reveladora a las cámaras de televisión. Hay informaciones que apuntan a que el portugués lleva buscando casa en Turín desde hace meses e incluso la bolsa de valores ha reaccionado al posible traspaso: las acciones de la Juve (sí, hay equipos en bolsa) subieron ayer casi seis puntos.

La salida de actual balón de oro si se da, es, sobre todo, una cuestión de dinero donde también tiene mucho que ver el orgullo. El suyo y el de Florentino Pérez, que representa al Madrid. Cristiano, que lleva lanzando dardos al club casi todos los veranos desde que llegó (ahí queda su legendario "estoy triste", antes de renovar hace 6 años), no acepta cobrar menos que Messi y casi lo mismo que Neymar.

El portugués se embolsa 23 millones, por los 40 del argentino (recién renovado) y los 35 del brasileño (fichó el verano pasado por el multimillonario PSG). Contra Cristiano juega la edad, 33 años, y que firmó un contrato en septiembre del año pasado hasta 2021 (aunque los contratos, en el fútbol, como se ve, están para no cumplirse). Cristiano se considera el mejor jugador del mundo y quiere cobrar como tal. Eso, sumado a sus problemas con Hacienda le han desesperado en busca de una mejora salarial que Florentino Pérez le prometió estudiar y ha ido toreando mientas a Cristiano no se le olvidaba lo que mejor hace: meter goles, ganar (otras más) la Champions y ser el mejor jugador del Madrid

Pero el asunto del delantero va más allá del dinero, también es cuestión de afecto. Al luso le irritó sobre manera las buenas palabras de Pérez a Neymar (objetivo del Madrid) cuando levantó su quinto balón de oro. Cristiano piensa que el Madrid le busca un sustituto desde hace tiempo y eso le obsesiona. Le desespera la continua aparición de nombres asociados a un megafichaje del Madrid, y más cuando le siguen cayendo los goles como churros. En la final de Kiev, después de levantar un tercera Champions consecutiva, Cristiano enturbió la celebración del equipo dejando entrever su marcha, algo que no gustó un pelo a los dirigentes ni a sus propios compañeros, aunque desde la cúpula blanca quitaron hierro al asunto, queriendo ver otra niñería de las muchas de Cristiano. No se creían su salida, ni mucho menos la llegada de un equipo dispuesto a intentar en serio su fichaje, aunque llegaron a un acuerdo con el luso para rebajar su cláusula a un precio asumible. La Juventus apuesta por él y es una opción que seduce a Cristiano Ronaldo.

El portugués, acostumbrado a recibir insultos en todos los campos, salió ovacionado de Turín después de su espectacular gol de chilena y dedicó muy buenas palabras a los italianos. La Juventus le sube el sueldo a 30 millones al año, una cifra menor que la que percibe Messi en el Barcelona, pero más acorde a las aspiraciones del portugués. El Madrid, según las últimas informaciones, está dispuesto a igualar esa oferta para que Cristiano siga vistiendo de blanco, un ofrecimiento que puede llegar tarde, cuando el orgullo del crack de Madeira está herido y su relación con Florentino Pérez está rota. Si se cristaliza su marcha, falta por ver de qué lado se situarán los aficionados del Madrid, si del luso o del propio presiente de la entidad del Bernabéu. El madridismo parece dividido en estos momentos. Pero ya se sabe que un clavo saca otro clavo y ya asoma Neymar.