Ainhoa Portos (A Coruña, 1997) debutó el fin de semana con la selección española de seven con la séptima posición en el Europeo y se le abren nuevos escenarios en su futuro deportivo. Porque esta es una modalidad olímpica desde Río 2016, donde debutaron con diploma las coruñesas Paula Medín y Vanesa Rial, sus compañeras y precisamente sus referentes en el mundo del rugby. Ahora puede seguir sus pasos. Tokio 2020 empieza a asomarse por la esquina, por más que no sea un objetivo en sí. "Es algo que está ahí. En el Europeo el seleccionador nos dijo que cualquiera de las que estábamos allí teníamos opciones de ir", desvela la jugadora del CRAT, que prefiere ser cauta. Porque a la par de su carrera profesional discurre la de Medicina. Va en tercer curso, lo que le obliga a sacrificios extra: "El mes de mayo fue una locura. Pero cuando tienes menos tiempo, te organizas mejor. De momento voy sacando todas las asignaturas".

Así que se plantea su incursión en la selección más a medio y largo plazo, sin descartar tomarse el año que viene "con más calma" a nivel universitario para centrarse un poco más en el rugby, tanto con el CRAT, con el que consiguió la tercera posición esta temporada en División de Honor, como con la selección. "Después de Río ya hubo un pequeño cambio porque por ejemplo Alevín y Vanesa dejaron el equipo. Algunas se irán al terminar este Mundial. Así que a medio plazo va a hacer falta un cambio generacional y nosotras estaremos ahí", explica. De momento, se conforma con el que fue su debut que define como "una experiencia increíble". La selección fue séptima, ella incluso llegó a jugar algún partido como titular y a marcar un ensayo. "El seleccionador está apostando por llevar a gente joven. Espero repetir en la segunda etapa del Europeo".

Ella tiene solo 20 años pero su juventud la contrarresta la experiencia de su entorno. En casa tiene el ejemplo con su padre, Jos Portos, entrenador del CRAT, y su madre, Belén Iglesias, exjugadora. Aunque primero probó en el baloncesto y en el atletismo. "Acabé desencantada y volví al rugby. Mi padre tiró para casa. Y ya me quedé. La verdad es que estoy muy contenta", desvela. También encontró espejos en el campo tanto en Rial y Alevín como en Mónica Castelo, internacional en la modalidad de XV. "Hablé con ellas antes de ir y les comenté que estaba nerviosa. Me dijeron que confiara en mí y en mis fortalezas y que las explotara al máximo. Siempre me dan consejos y me ayudan". Con unas condiciones físicas privilegiadas, estos puntos fuertes son el juego aéreo, gracias a su metro ochenta de altura, y la velocidad, que también le viene de familia pues su prima es Paula Iglesias, subcampeona de España júnior y dominadora gallega de los 400 metros.

Portos es el último milagro de una lista interminable de joyas salidas de la cantera coruñesa. "Es un orgullo formar parte de un equipo como el CRAT", señala. "Aquí no tenemos ni los medios ni las instalaciones que hay en Madrid y debemos tirar con lo que tenemos y hacer más captación y promoción. Hubo una generación muy buena de jugadoras y las que venimos por detrás tenemos que ser ahora las que tiramos del carro", añade. "A ver si poco a poco podemos ir mejorando porque ayudaría mucho tener unas mejores condiciones de entrenamiento. Es algo para que reflexionen las personas que tengan responsabilidad en ello", concluye.