"Muy contento, muy motivado y con muchas ganas de empezar a currar". Éstas son las primeras palabras de Luis Enrique tras ser nombrado el pasado lunes nuevo seleccionador nacional tras rechazar ofertas con mejores condiciones económicas. El entrenador asturiano aprovecha los últimos días de vacaciones para ver a su hija en Fontainebleau (Francia), que está compitiendo en el Campeonato de Europa de menores de doma, antes de viajar a Madrid donde será presentado el próximo jueves día 19 ante los medios de comunicación.

Luis Enrique "cumple con todos los parámetros de la dirección", según el presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales. Sin embargo, no ha caído en gracia de todo el mundo y por ello su fichaje ha sido motivo de crítica. Nombres como Quique Sánchez Flores, Míchel, Setién o Roberto Martínez son los otros entrenadores que sonaron para dirigir la Roja, aunque el mismo Rubiales reconocía que sólo hubo contactos con el asturiano.

El técnico gijonés tendría ocasión de responder directamente a las críticas y reconoce estar "encantado" ya que "sé lo que significa ser seleccionador. La crítica es algo anexo a cualquier cargo de nuestro país, lo acepto de muy buen grado y seguro que nos vamos a divertir". La rivalidad Madrid-Barça siempre acompañó a Luis Enrique tras su polémica salida del club blanco. Ahora, como seleccionador se dirige a los que le tachan de antimadridista diciendo que "les quiero muchísimo y estoy abierto a dar mi mejor versión".

Su relación con la prensa va a ser, según explicaba Luis Rubiales, "la mejor posible, aunque sea escasa". Estas declaraciones del presidente de la Federación llamaron la atención en varios sectores de la prensa deportiva, que no olvidan los enfrentamientos que se produjeron en la etapa en la que Javier Clemente estuvo al frente de la de la selección española.

El asturiano tiene claro cómo va a ser su relación con la prensa, muy mala desde hace años. Así lo aseguró ayer en declaraciones al canal de televisión Cuatro: "Os voy a tratar como os merezcáis, en la misma línea de siempre. Tengo 48 años y va a ser difícil cambiar, aunque si tengo la oportunidad de mejorar lo intentaré. Estoy contento por lo que he hecho hasta ahora y de donde he llegado en mi carrera deportiva". El técnico saca pecho para poner por delante lo que al final realmente importa: lo deportivo. Y a Luis Enrique le avala su buena etapa al frente del Barcelona, donde logró que el club catalán recuperara el gen ganador tras la salida de Guardiola y la etapa del Tata Martino.

Una vez sea presentado, Luis Enrique tendrá a abordar temas como el debate de la portería tras el mal Mundial de De Gea, el estilo de juego o la posible marcha de jugadores clave en los últimos años, como por ejemplo Piqué. Sobre el central del Barcelona, al cual ya entrenó en su etapa en el club culé, no quiso pronunciarse aún el seleccionador, que respondió solo con risas a la pregunta de si había pensado en convencerle para seguir jugando con la Roja. Precisamente el defensa catalán anunció al término de la Eurocopa de Francia en 2016 que dejaría la selección española después de la cita mundialista en Rusia, aunque tras la eliminación aún no se ha pronunciado.

Durante la entrevista se pudo ver a un Luis Enrique mucho más relajado y cómodo ante las preguntas de la prensa que en su etapa en el Barça. La forma de ser actual del asturiano difiere en gran medida del Luis Enrique tenso que agotaba su etapa en el Barcelona en la final de la Copa del Rey de 2017. Precisamente el mismo periodista que entrevistó a Lucho en la final lo hacía en las vacaciones del gijonés en Francia. Si bien en aquella ocasión el entrenador no quiso dar la mano del periodista, ayer lo hizo con una sonrisa en la boca, lo que dice mucho de su estado anímico actual.