La selección española perdió en 2014 su hegemonía después de un ciclo glorioso de siete Europeos y cinco Mundiales de forma consecutiva. El año pasado, de la mano de Alejandro Domínguez, recuperó el trono mundial y ahora quiere volver a reinar en el Viejo Continente. Para ello, repite prácticamente el mismo bloque que en 2017 le dio el éxito, con solo dos cambios y con los coruñeses Eduard Lamas e Ignacio Alabart y el liceísta Xavi Malián entre los diez elegidos. Les espera una primera fase sencilla contra Inglaterra (hoy), Holanda (lunes), Alemania (martes), Bélgica (miércoles) e Italia (jueves), contra la que presumiblemente se jugará el liderato del grupo para tener un itinerario más sencillo hacia la final. Lo duro llegará a partir del próximo viernes, cuando arrancan los cruces directos. Cuartos de final, semifinales y final. El camino que lleva hasta el oro que no estará exento de obstáculos y con Portugal, como siempre, como principal rival.

Contra los lusos fue la final del año pasado en el Mundial, decidida en los penaltis. Eso demuestra la igualdad que hay entre ambas selecciones. La manija del equipo la lleva Pau Bargalló. Con solo 24 años el ex del Liceo, ahora en las filas del Barcelona, es el capitán de la selección y el único que repite con respecto al último Europeo, disputado en Oliveira de Azemeis. En la portería, el liceísta Xavi Malián fue el héroe de aquella final y en esta ocasión estará acompañado, en vez de por Xevi Puigbí, por Sergi Fernández, que completó una temporada excelente con el Barcelona. La defensa la apuntalan Albert Casanovas y Eduard Lamas, dos hombres fuertes, con disparo y capacidad de llegada. Nil Roca e Ignacio Alabart son los jugadores para todo, el primero el trabajo continuo, el segundo, la fantasía. Y en ataque al olfato de Raúl Marín y Jordi Adroher se le une para este Europeo la de Ferrán Font -en sustitución de Jordi Burgaya-, campeón de la liga portuguesa con el Sporting.

El entrenador es Alejandro Domínguez, que asumió el cargo de seleccionador nacional masculino después de haber llevado a la femenina al título mundial. Cuando llegó, se atrevió a hacer un cambio generacional. Dejaron el combinado nacional jugadores como Jordi Bargalló y Pedro Gil, hasta ese momento incuestionables, y entraron otros más jóvenes. Los World Roller Games de Barcelona 2019 eran el objetivo, que se adelantó dos años para la calidad de los que dieron el salto, con hambre de victorias y de demostrar su valía como ya hicieron con el oro en Nanjing y como pueden repetir en A Coruña.