Luis Enrique se estrenó con una declaración de intenciones: "Busco una evolución, no una revolución". El nuevo seleccionador nacional, en su presentación, valoró el "reto" al que se enfrenta y se marcó el objetivo de "ser competitivos en dos años". Lucho, acompañado por el presidente y el director deportivo de la Federación, Luis Rubiales y José Antonio Molina, abrió las puertas al regreso de Villa, Mata e incluso Cazorla al equipo nacional, y no escamoteó ningún tema. Solo marcó un límite, la política. "Me siento gijonés, asturiano, español y catalán; no soy anti nada", zanjó tras ser preguntado por la situación en Cataluña.

Su presentación duró cerca de una hora. Valió para poner la primera piedra de la Roja futura. "El fútbol es una evolución. España tiene muchos y muy buenos jugadores, pero hace tres campeonatos en los que no podemos conquistar nada", expresó sobre "las muchas decisiones" que tomará. "Hay un cambio generacional y tenemos que valorar qué es lo mejor para que la selección sea competitiva en dos años", apuntó en el salón Luis Aragonés, de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, en Madrid.

"Tengo ganas de dar mi primera lista, seguro que hay sorpresas", anunció Luis Enrique. El entrenador tiene el reto de convencer a Piqué, que hace dos años, anunció su retirada tras el Mundial. "Me gustaría contar con todos, le intentaré convencer", comentó. Fue preguntado por Iniesta. "Hay que respetar su decisión. Me gustaría tener a Iniesta con 26 años". También por Sergio Ramos, capitán del Real Madrid, y Jordi Alba, a quien en el Barça sentó en varias ocasiones. "No tengo ningún problema con ningún jugador".

Una de las novedades que Luis Enrique quiere implantar en la selección es la figura del psicólogo. Ese puesto lo ocupará el asturiano Joaquín Valdés, su hombre de confianza. "Cualquier jugador que vaya al psicólogo no significa que esté loco. La cabeza es lo más importante. Queremos que sea un arma más pero no obligaremos a nadie", expuso.

Luis Enrique no le dedicó demasiado tiempo a comentar el paso de Lopetegui, a quien definió como "el pasado". "El pasado sirve para sacar conclusiones, pero nos las tengo que sacar yo", advirtió. Eso sí antes dijo que "reforzaré el trabajo que han hecho Lopetegui y Fernando Hierro". El seleccionador sólo valoró a Luis Aragonés: "Gracias a él somos lo que somos: talentosos y pícaros".

Luis Enrique tampoco quiso hablar de política ni de la situación en Cataluña. "No voy a hablar. Sé muy bien lo que soy. Soy gijonés, asturiano, español y también catalán. El resto me resbala", zanjó. Tampoco invirtió demasiado tiempo en hablar sobre el Real Madrid. "De momento no he escuchado ninguna crítica por su parte. Sé lo que significa estar aquí. No soy anti-nada", concretó el nuevo seleccionador nacional.

El asturiano analizó el papel del VAR en el pasado Mundial. "En unos años nos preguntaremos cómo pudimos estar jugando tanto tiempo sin VAR. Soy pro Var, a tope. Es un arma perfecta, espectacular, creo que no se paraliza nada", explicó en una clara alusión a los críticos del sistema de vídeo arbitraje. "Creo que va a ser un arma que a los jugadores también les va a ayudar, habrá menos trampas, menos agresiones", concretó. ". Y de su relación con la prensa también bromeó. "No creo que tenga que ser simpático, vengo a hacer mi trabajo. Separaría mi relación con la prensa, que espero que sea buena, de mi papel con la afición", dijo. Y continuó: "Si pagáis, me voy a comer con vosotros".

Por último, Rubiales y Molina valoraron su llegada. El presidente reincidió en la idea de que Lucho "fue la única opción" Y el ex portero le describió como "un entrenador moderno".