Susana Pandavenes es la única mujer del Comité Europeo de hockey sobre patines. La asturiana cree que el aterrizaje femenino en este deporte ya no tiene límites y analiza cómo se está desarrollando la competición en A Coruña.

- ¿Se merece Bélgica estar en este Europeo?

-Lo primero que buscamos es la cantidad. De ahí sale la calidad. Tenemos que intentar que en más países de Europa se juegue al hockey. Lo que hace rica una competición, lo que hace grande a un evento, es estar representado por muchos países. Israel, por ejemplo, vino el año pasado a la Copa FIRS, el Mundial B, lo ganó y la repercusión que tuvo mediáticamente en su país fue increíble. A nivel de patrocinadores y de cantera, fue un proyecto de promoción brutal. Por eso está aquí Bélgica. Por eso está aquí Holanda. Selecciones con las que ya no contábamos desde hacía tiempo. Es evidente que es un trabajo muy a largo plazo que esas selecciones estén al nivel para poder competir con otras.

- Dicen que recibir una goleada tras otra no es la mejor motivación ni promoción.

-Estás hablando con una persona que durante 14 años la goleada más pequeña que le metieron fue de doce goles y la mayor, de 39 el equipo de Toni Pérez. 24 años después de esa goleada, sigo aquí y sigo siendo una apasionada de este deporte, sin perder para nada la ilusión. Para ellos es un orgullo jugar contra los mejores del mundo. Pero para el espectador no es atractivo. Si existe la posibilidad en otras ediciones de solucionarlo, se hará.

- ¿Reciben críticas?

-Todo el mundo lo haría mejor pero la realidad es que si en Asturias o Galicia cuesta mucho sacar jugadores, imagínate en países como estos. Tantas soluciones tienen, que las pongan en práctica. Nosotros sabemos que hay muchísimo por mejorar, pero también hay cosas que alabar como la retransmisión en directo de los partidos. Me parece increíble que 300 personas vieran el partido entre Holanda y España. Está siguiendo los partidos en directo muchísima gente de toda Europa.

- ¿Hay muchas esperanzas en los World Roller Games?

-Muchas. Los de Barcelona van a ser un evento sin precedentes en el mundo del patinaje. Ya los de China lo fueron, pero fue la primera toma de contacto y no es Barcelona. Barcelona es una garantía de éxito. Todo lo que coge la ciudad lo es.

- ¿Y que el hockey pueda ser olímpico en un futuro?

-Ojalá. No puedo aportar nada, solo mi deseo de que así sea.

- Le dirán que se mueve en un mundo de hombres. ¿Pero quién ha dicho que sea de hombres?

-Claro que no es un mundo de hombres. Sí es verdad que en el comité soy la única mujer, pero es circunstancial. Conmigo se ha abierto la veda y seguramente de aquí en el futuro, como cada vez hay más mujeres en este deporte, se normalice también su presencia en los puestos directivos.

- ¿Hay discriminación?

-Mi puesto se creó expresamente para una mujer para el desarrollo del hockey femenino. El trato es totalmente normal, ni tengo beneficios por el hecho de ser mujer, ni todo lo contrario. Me siento cien por cien respetada. Si no fuera así, no hubiese aguantado cinco años, no hubiese durado ni dos meses.

- Lo ha hecho todo en el hockey: jugadora, árbitro, entrenadora, coordinadora de un club, directiva del CERS e incluso periodista. ¿Con qué se queda?

-Con jugar. Siempre sentiré mucha pena de que este movimiento de crecimiento y apogeo del hockey femenino a mí me pillara muy tarde. Ahora se disfruta de una OK Liga muy completa. Yo solo estuve tres años, eran los inicios, había muy pocos equipos, me tuve que mover de punta a punta del país para jugar un año en Asturias, otro en Sevilla y otro en Igualada.

- ¿Ha crecido mucho?

-Muchísimo. El papel de la mujer en la sociedad ha evolucionado por el movimiento de mujeres y hombres para que haya un trato más igualitario. En el deporte, en particular, hace ya unos años que se le está dando un empujón muy fuerte y en el hockey, igual. El cambio en cinco años ha sido si no de 0 a 10, que todavía queda mucho camino, sí de 0 a 7.

- ¿Qué hay que mejorar?

-Hay un dato que es evidente y es que muchos más hombres practican deporte que mujeres. Así que lo primero que tiene que haber es cantidad. Intentar que cuantas más niñas jueguen a hockey, da igual la edad, la localidad... y cuidar a cada niña que haya en cada rincón de España y de Europa. De la cantidad acabará saliendo la calidad, una liga y una competición mejores y unos privilegios que ahora no se tienen.