Nueve días de competición dieron para mucho en A Coruña en un Campeonato de Europa que dejó a España justamente en lo alto del hockey sobre patinesA CoruñaCampeonato de Europahockey sobre patines, recuperado el dominio mundial y continental. La selección dirigida por Alejandro Domínguez fue de menos a más. Pocas conclusiones se pudieron sacar de los primeros partidos, con las goleadas a Inglaterra, Holanda, Alemania y Bélgica. El encorsetamiento, aburrido pero eficaz, frente a Italia en el cierre de grupos no dejó las mejores sensaciones. A partir de ahí el combinado nacional metió la directa. Imparable. En un equipo que destaca, precisamente, por ser un equipo, es difícil destacar la labor de uno por encima de otros. Estos son los diez jugadores de 10:

Sergi Fernández. Cuando conocí las declaraciones de Luis Sénica después de la final, en las que alababa el partido "estelar" del portero español, pensaba: ¿Cuántas veces habré escuchado esto a lo largo de toda la temporada? El estado de forma del balear es descomunal. Su estilo bajo palos, literalmente sentado, ha marcado tendencia. Si ya tuvo buena parte de culpa de la temporada perfecta del Barça, un pedacito de este Europeo le pertenece también a él.

Xavi Malián. El meta del Liceo fue clave en la consecución del pasado Mundial. En este Europeo le tocó ver las semifinales y la final desde el banquillo. Estoy segura de que si hubiese jugado, el resultado no hubiese cambiado en absoluto. Tuvo su oportunidad en cuartos de final y contra Holanda y Bélgica, sin mucho trabajo. Sin duda, España tiene la mejor pareja de porteros del mundo.

Nil Roca. El más joven de la selección y el que más ha crecido. El equipo notaba su presencia en la cancha porque jugaba de una forma mas dinámica. Incansable, aportó trabajo en todas las zonas de la pista, fue el más rápido y como añadido, con capacidad para marcar llegando desde atrás. El futuro es suyo.

Albert Casanovas. Muy asentado en la defensa, cuando formaba pareja con Eduard Lamas era imposible sobrepasar su zona de contención. Le toca hacer el trabajo sucio, otra virtud de este equipo. Cada uno tiene su rol perfectamente asumido.

Ferrán Font. Otra de las revelaciones del campeonato. Venía de ganar la liga portuguesa con el Sporting pero eso no le quitó hambre, competitivo como pocos. Se movió en el área con soltura, una posición difícil pero en la que brilló como nadie.

▶Ignacio Alabart. Es la elegancia en persona, aportó calma en los momentos más tensos y línea directa con la portería, capaz de convertir las transiciones en un juego de niños. La emoción de estar en casa le sobrepasó ya con la medalla al cuello.

Eduard Lamas. Su partido de semifinales lo dice todo. Qué fuerza, qué garra, qué capacidad de competir. Cuando el equipo más lo necesitó, él estuvo ahí. Cuando cogía la bola y encaraba la portería, nadie podía pararle. Si hay un MVP no podría ser para otro que para el liceísta.

Jordi Adroher. De los veteranos del equipo, realizó su papel a la perfección. Marcó goles y asistió. España jugó muchas veces solo con él en ataque como referencia y se peleó contra todos.

Pau Bargalló. El capitán fue el máximo goleador del equipo y aportó el equilibrio que Alejandro Domínguez buscaba entre la defensa y el ataque. A veces servía de enganche, otras se quedaba atrás y muchas, era el que remataba. ¿Pillará pronto a su hermano?

▶Raúl Marín. Por "decisiones técnicas" no jugó ni las semifinales ni la final. La doble azul que vio en el partido contra Italia seguramente tuvo mucho que ver. Más teniendo en cuenta lo ocurrido en la final del Mundial del año pasado, cuando una azul a seis segundos para el final costó el empate portugués, ir a la prórroga y los penaltis, en los que finalmente se impuso España. Es un genio. Para lo bueno y para lo malo.

Pero no solo estuvo la selección española. Aunque fue cuarta, a Francia la elevaría al segundo escalón de mi podio particular. Mucho mérito el de un equipo que luchó en inferioridad de condiciones pero que en vez de especular fue a tumba abierta todos los partidos. Mucha calidad para una plantilla muy joven que dará mucho que hablar. Portugal no estuvo a la altura que esperaba. Antes de que empezara el campeonato la veía como clara favorita. Uno por uno es una plantilla sin fisuras. Ya lo pasó mal ante Francia, después contra Italia y España le pasó por encima en la final. Su estrella, Helder Nunes, no estuvo cómoda. Tampoco tuvo suerte. Las bolas parecían imanes atraídas por el metal de los palos. No hice las cuentas, pero fueron unos cuantos, y no solo en la final. No hay que darlos por muertos. Volverán con más ganas todavía porque allí tienen la mejor liga, las mejores condiciones y una afición incondicional.

La polémica la puso el nivel de algunas selecciones. Fernando Graça, presidente del CERS, anunció que el próximo Europeo cambiará de formato para intentar evitar el sinsentido de un enfrentamiento entre Bélgica y España, el peor y mejor equipo en A Coruña. Soy partidaria, no obstante, de que estas selecciones tienen que estar en estas competiciones. Lo decía Serge Berthels, el jugador belga que se hizo famoso por sus 52 años. "Si no se hace nada, el hockey en mi país se muere". El hockey, en una carrera continua desde 1992 por intentar ser un deporte olímpico, nunca podrá crecer si no se practica en más países. Estar en el Europeo fue una promoción para muchos de ellos, claro que si no se continúa ahora este trabajo en el día a día no se habrá avanzado nada.

Fuera de la competición, fueron unos días muy intensos de trabajo en el Palacio de los Deportes de Riazor. Los voluntarios llegaban a las nueve de la mañana y se marchaban a la una de la madrugada. Los organizadores de la Federación Gallega de Patines recorrieron diariamente 14 kilómetros de arriba a abajo de las instalaciones. Los asistentes de protección civil cenaban bocadillos en un banco a la puerta del pabellón, entre partido y partido. Sergio Tomé, el speaker, se dejó la voz, literalmente porque el último día el pobre apenas podía cantar las alineaciones. Los últimas días, las caras eran de cansancio, agotamiento. Al domingo llegaron con las fuerzas justas, pero con la amabilidad extrema. Seguramente habría muchas cosas mejorables. Pero ellos tuvieron el atrevimiento de, a pocos meses de la fecha, coger un Europeo que tenía que haber sido en Italia y ponerlo en marcha y prepararlo en tiempo récord. Hay que darles las gracias por haber podido disfrutar sin movernos de casa de un evento deportivo de primer nivel.