Los líos no paran en un verano que ha sido de aúpa para la España futbolera. Cese de un seleccionador a dos días de empezar el Mundial, adiós de Cristiano Ronaldo del Madrid nueve temporadas después, nombramiento de Luis Enrique como seleccionador y el alzamiento de Tánger, en Marruecos, como la sede de la Supercopa de España que enfrentará al Barcelona y al Sevilla el 12 de agosto, con choque radiofónico incluido entre el presidente de la Federación Española, Luis Rubiales, y el del Sevilla, José Castro.

Pero, como el fútbol no para en verano, los barullos no cesan. El último es el causado por el fichaje del Atlético del extremo portugués Gelson Martins. Llega a España como jugador libre, según anunciaron ayer los madrileños, pese a que el Atlético intentó un pacto económico con el club lisboeta que, aunque no tenía en propiedad al jugador después de la rescisión, quería sacar tajada por el portugués, originario de Cabo Verde. Los de Gil Marín aceptaban tener que pagar, pero el pacto nunca se produjo.

Más estrambótico ha sido el fichaje del brasileño Malcom por el Barcelona. Llega del Girodins francés después de dejar plantada a la Roma de Monchi, que tenía un acuerdo verbal con el jugador y había hecho público el fichaje. Malcom plantó incluso a su madre, que le esperaba en el aeropuerto.