Iván Fernández cambió su vida con la intención de centrarse en el piragüismo. Dejó Betanzos para marcharse a Pontevedra. Y abandonó su distancia preferida, los 200 metros, para subir hasta los 500 y los 1.000 y meterse así en el equipo nacional para llegar al Mundial júnior. Después de varias cribas, en el Campeonato de España, con la plata en el K1 500, y dos selectivos en Trasona (Asturias), se clasificó en el K4 500, aunque se quedó fuera del K2 1.000. Solo tiene 17 años se marca como objetivo alcanzar la final e intentar clasificarse entre los cinco o seis primeros.