En 2009 Pedro Nimo atravesó la línea de meta del maratón del Mundial, disputado en Berlín, totalmente roto, casi sin poder andar, con una lesión de cadera que se fue agravando paso a paso durante los 42 kilómetros y 195 metros del recorrido, pero negándose a abandonar en la cita cumbre del cénit de su carrera. Nueve años después, el santiagués volvió al lugar del crimen. En este tiempo se ha reinventado como atleta y ya pocos esperaban de él que volviera a una gran cita con la selección española. Logrado el billete, ayer consiguió sacarse la espina y cerrar el círculo.Y de qué manera. Con una medalla de plata en la prueba por equipos merced a la cuarta plaza de Javi Guerra, la sexta de Jesús España y la decimosexta de Camilo Raúl Santiago. El gallego acabó en el puesto 22 con 2h18:43. Y una sonrisa de oreja a oreja compartida con sus compañeros y el equipo femenino, que se colgó el bronce.

La prueba fue muy especial para todos. El que tuvo el sabor más amargo fue Javi Guerra. Precisamente el sucesor de Pedro Nimo como dominador del maratón en España, sucesión que se vivió en A Coruña en 2013 en el Campeonato de España en el que el segoviano, como debutante, se proclamó campeón con mínima para el Mundial y relegó a Nimo a la segunda posición. Ayer, Guerra fue otra vez cuarto, llegó con rabia, acordándose que cuatro años también se había quedado a las puertas del podio. No pudo aguantar el tirón del noruego Koen Naert, sin pedrigí en la elite mundial, pero al que le salió la carrera de su vida para ganar con 2h09:51, récord de los campeonatos -el anterior estaba en posesión de Martín Fiz-. Solo le siguieron el suizo Abraham Tadesse y el italiano Yassine Rachik, que pagaron el esfuerzo pero lograron mantener la plata y el bronce.

Menos amarga fue la sexta posición de Jesús España en el día de su retirada. A punto de cumplir 40 años, el atleta español que liquidó al británico Mo Farah para proclamarse campeón de Europa de 5.000 metros en Gotemburgo 2006, se fue por la puerta grande. Un sexto individual y la medalla de plata por equipos fue el digno colofón a la carrera deportiva de un reputado killer que en sus 28 años de competición cuenta entre las muescas de su pistola a grandes adversarios. "Es una sensación rara, estaba muy cansado, con muchas ganas de llegar y con alegría de quedar en un puesto bueno. Yo creo que en mi fuero interno aspira a una medalla, pero ha sido una carrera muy complicada, con mucho cambio de ritmo", dijo al terminar.

En el podio todos sus compañeros le miraban y le señalaban, una medalla sin duda con una dedicatoria especial. Allí estaba Nimo pero también Camilo Raúl Santiago, decimosexto con 2h17:24 y Iraitz Arróspide en el 34 con 2h19:49. Un quinteto de plata.

En el maratón femenino, Trihas Gebre fue la mejor española gracias a su novena plaza final, después de correr en un tiempo de 2:32:13, mejor tiempo personal en su segunda incursión en la distancia; María Azucena Díaz fue decimotercera (2:34:00), Elena Loyo terminó vigesimotercera (2:37:54), Marta Galimany acabó en el vigesimocuarto puesto (2:38:25) y Clara Simal abandonó en los últimos kilómetros. Posiciones que sirvieron al equipo español para subirse al podio y recoger la medalla de bronce por detrás de Bielorrusia e Italia.

Gebre exhibió un buen ritmo desde el comienzo y, tras consumar 30 kilómetros, pasó la meta en octava posición a 46 segundos de las cuatro corredoras que estaban en cabeza. Sin embargo, se desfondó y vio cómo se esfumaban sus opciones de medalla en la última vuelta al circuito ideado por la organización de este Europeo por las calles emblemáticas de la capital alemana y con paso por los principales reclamos turísticos de la ciudad, desde la Puerta de Brandeburgo hasta la Estatua de la Victoria y el Monumento al Holocausto.

Con un cronómetro acumulado de 7:44:06 para Gebre, Díaz y Loyo, el equipo español logró de esta manera la medalla de bronce. No pudo terminar la prueba Clara Simal, que se lesionó en el gemelo y tuvo que abandonar en el kilómetro 30 para quedarse sin el mismo premio que sus compañeras.

Fue una prueba con muchos problemas, sobre todo para la ganadora. La antigua marchadora bielorrusa Volha Mazuronak se sobrepuso a una hemorragia nasal para proclamarse campeona de Europa con un tiempo de 2h26:22, batiendo en el esprint por seis segundos a la debutante francesa Clemence Calvin. La checa Eva Vrabcova-Nyvltova llegó tercera a la meta con un registro de 2h26:31, récord nacional.

Mazuronak, quinta en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 y líder europea este año con 2h25:25, sangraba por la nariz e intentaba taponarse la hemorragia con las manos y los pañuelos que los servicios médicos le facilitaban a lo largo del recorrido. Sus dificultades respiratorias no le impidieron pasar primera por casi todos los pasos intermedios y unos kilómetros después la nariz dejó de sangrar, consiguió limpiarse con agua y cabalgar hacia la meta. Allí, unos metros antes de enfilar la recta de llegada, tuvo un percance más porque se equivocó en uno de los giros del recorrido cuando preparaba el esprint y pudo haberle costa un oro que parecía llevar escrito su nombre y a prueba de contratiempos.