Laura Paz (A Coruña, 1981) es la capitana de la selección gallega femenina de fútbol gaélico que acaba de proclamarse campeona de Europa en Lorient (Francia). Ella y cinco de sus compañeras del Fillas de Breogán -su hermana gemela Paula, Leticia Zapata, Silvia Sobral y María García-, un equipo que lo ha ganado todo en los últimos años, son testigos del auge de este deporte en Galicia, lo que ha situado a esta comunidad como una de las potencias mundiales de esta disciplina. Vivió los inicios y ahora disfruta de los éxitos como el del fin de semana y ya mirando hacia el Mundial, donde será más difícil, pero en el que de nuevo el objetivo será el oro.

"Estamos muy contentas. Fue una competición genial y emocionantísima", señala la coruñesa, que reconoce que Galicia era la favorita: "Íbamos con esa idea, de llegar a la final y sabíamos que Francia también iba a ser uno de los equipos más fuertes. Bretaña también creíamos que sería difícil y Alemania, la más flojita porque lleva menos tiempo". La fase inicial fue un paseo triunfal para las gallegas, con tres victorias, pero la final contra Francia fue muy igualada y se tuvo que decidir en la prórroga (28-24). "Ya sé que suena a tópico echarle la culpa a los árbitros... pero es que no tuvimos demasiada ayuda y también hubo problemas con el marcador. Pensábamos que ya habíamos ganado pero no", recuerda. Hasta que se impuso su superioridad. "Habíamos tenido muy mala suerte y ellas nos marcaron tres goles de rebote. A base de remar ganamos porque creo que nosotras éramos mejores", analiza.

El Fillas de Breogán es la base del equipo. Son cinco jugadoras del conjunto coruñés, que este año ganó la Liga Gallega, el Torneo Ibérico y se colgó la plata en el Campeonato de Europa. "Somos la base de la selección, como en otro momento fue el Irmandinhas", explica, "pero lo que destaca es que es el grupo más fuerte hasta ahora porque no se notan los cambios, puede jugar cualquiera puede aportar un montón". Eso las convierte en favoritas para el Mundial, "pero va a ser mucho más difícil", advierte. Como en los últimos años, Galicia es favorita siempre. "Es un deporte en formación por eso un país pequeño puede destacar", dice. Pero también mérito de que en esta comunidad se han volcado con esta disciplina. "Todavía hay muchas cosas por mejorar pero el salto ha sido enorme porque partíamos de cero", reconoce.

Pese a ello, todavía hay gente que se sorprende cuando les dice que practica fútbol gaélico. Pero está acostumbrada de su otra gran pasión, el sóftbol, que practica en el CBS Cambre de División de Honor. "Pero también hice baloncesto, que es más normal", bromea. "Para mí al ser menos conocidos son dos deportes con encanto", continúa. Del sóftbol se queda con el nivel deportivo, más exigente, y que es un deporte de equipo que no se parece en nada al resto. Del fútbol gaélico, con su componente social y cultural. Los dos también los comparte con su otra mitad, su hermana gemela Paula. "En el gaélico llevamos juntas desde el principio, al sóftbol ella se ha reenganchado a mitad de esta temporada". Siempre en el deporte, pero no siempre juntas. "Ella hizo ballet y yo baloncesto", se ríe, feliz, toda una campeona de Europa.