El entrenador del Sevilla, Pablo Machín, manifestó ayer que "en el fútbol no hay nada fácil", por lo que el encuentro de vuelta de la ronda previa de la Liga Europa ante el Zalgiris en Vilna, en el que su equipo defiende un exiguo 1-0, "puede ser un partido trampa". En la rueda de prensa que ofrecida antes del entrenamiento oficial en el estadio LFF, donde el jueves se disputará el partido, Machín lamentó que "el césped artificial" de la instalación "no sea de una generación más nueva" y aunque no quiere "que se convierta en una excusa", cree que la superficie de juego puede ser "importante aunque ojalá que no determinante" en la resolución de la eliminatoria.