Roi, Marta, María y Lucía son la elite, son la créme de la créme, son la aristocracia del voleibol nacional y los cuatro son el gran tesoro del Calasancias Coruña. Todos han recibido la llamada de la federación española para formar parte de la concentración permanente de la selección en Soria ellas y en Palencia él. Es decir, pasarán un año entrenando con el cuerpo técnico del combinado nacional en un centro de alto rendimiento reservado solamente a unos pocos elegidos. Para las concentraciones permanentes no llaman a los mejores jugadores del momento, si no a los que pueden ser los mejores en unos años.

Roi Losada Gordaliza tiene 15 años y en 2017 recibió una llamada que le cambió la vida. "Venía de entrenar y al llegar a casa mis padres me dijeron que me sentase un momento que tenían que hablar conmigo. Al principio me asusté por si había hecho algo malo pero rápido me dijeron que había llama Antonio Sangrador, el director de la concentración permanente juvenil para saber si quería ir a Palencia". Y después de una experiencia muy positiva, Roi repite este año en la elite del voleibol masculino español: "Al principio lo pasé mal porque estaba lejos de casa pero cuando te acostumbras a la monotonía ya no hay problema. Las tardes en las que no hay entrenamientos te tienes que poner a estudiar porque sabes que al día siguiente no te va a dar tiempo. Tienes que organizarte. La verdad es que lo pasé muy bien el año pasado y este año vuelvo, y seguiré diciendo que sí mientras me llamen".

La concentración permanente femenina tiene su base en Soria. Y allí irán por primera vez la próxima semana las hermanas Marta y María Otero Martínez y Lucía Varela Gómez. Las tres formarán parte del selecto grupo de las 14 mejores jugadoras jóvenes de España. Y para hacerse una idea del talento de estas jugadoras y de la importancia de lo que están consiguiendo baste decir que Marta y Lucía ya han recibido la llamada de varias agencias de jugadoras que les han ofrecido becas para cursar sus estudios universitarios en Estados Unidos. Además, el 1.97 de Lucía, que tiene 15 años, es un dato vital en el que se fijan tanto los ojeadores españoles como los americanos.

Tanto en la concentración permanente masculina como en la femenina, la educación es algo muy importante. Roi explica su experiencia: "Los que estamos en la ESO tenemos clase por la mañana y entrenamos por la tarde lunes, miércoles, viernes y sábado. Los martes y jueves descansamos. Al principio te dejan que te organices y no están encima de ti pero si ven que bajas las notas o que no vas bien entonces sí que te controlan".

Para las chicas, los estudios llevan prácticamente la misma dinámica, como explica Lucía: "Vamos a un instituto público en Soria, el Antonio Machado, en horario normal de lunes a viernes y después entrenamos de 16:00 a 20:00 todos los días, incluidos sábados y domingos". Además, las catorce jugadoras tienen un tutor que vigila sus notas y su rendimiento académico.

Entre chicos y chicas, la federación elige a 37 jugadores de toda España con los que trabajará intensivamente durante varios años para intentar que sean la base de las selecciones españolas sénior. Y de esos 37 elegidos, cuatro de ellos son jugadores de Calasancias Coruña. Todo un exitazo de un club cuyo trabajo da sus frutos.