La selección española se dio un festín en el Martínez Valero de Elche tras golear a Croacia (6-0) en la segunda jornada de la Liga de Naciones gracias al excelente partido del atlético Saúl Ñíguez y del madridista Marco Asensio, los grandes protagonistas del segundo triunfo de la era Luis Enrique, una auténtica fiesta de la roja, que sigue recuperando el crédito perdido en el Mundial de Rusia.

Esta España es otra España. No hay duda después de asaltar el mítico estadio londinense de Wembley y golear a la vigente subcampeona del mundo. El combinado nacional tuvo mucha más puntería que fútbol, pero tardó muy poco en inclinar la balanza a su favor cuando el marcador le dio la razón. Marco Asensio, Dani Ceballos, Isco y Saúl se lo pasaron en grande en lo que fue un serio correctivo a los jugadores croatas.

El centro del campo español funcionó a la perfección pese a las dificultades que impuso Croacia en los primeros minutos. El empeño de España en sacar el balón jugado estuvo a punto de jugarle una mala pasada al equipo de Luis Enrique. Ivan Santini y Perisic desperdiciaron dos oportunidades de oro, esta última tras una gran intervención de Carvajal.

Apenas un cuarto de hora fue lo que duró la gasolina a los jugadores de Zlatko Dalic porque España funcionó como un reloj. La primera replica llevó la firma de Saúl, que fue profeta en su tierra, y no falló a su cita con los golazos. El centrocampista atlético marcó el 1-0 con un soberbio cabezazo tras un centro de Carvajal con la parte exterior del pie.

Quizá no fue justo el castigo para unos croatas que pagaron muy caro sus bajas -incluida la retirada de Mandzukic- pero España entró en combustión y zanjó el triunfo antes de alcanzar el descanso. El culpable fue Marco Asensio, quién revolucionó el partido con un doblete en apenas dos minutos.

El mallorquín fusiló al guardameta Lovre Kalinic desde 25 metros y, en segunda instancia, hizo lo propio con algo de fortuna. El lanzamiento pegó en la espalda del portero croata y el 3-0 brilló en el luminoso del estadio ilicitano. El clínic del futbolista del Madrid -en línea de tres cuartos- fue una barbaridad, sobre todo por la incapacidad de los jugadores contrarios para frenarle.

Ni Modric, ni Rakitic, ni la brillantez que demostró el cuadro ajedrezado en el pasado Mundial disputado en Rusia, pudieron detener el vendaval de España. Nadie se frenó, ni tan siquiera el propio Asensio, que ya tenía guardado un sitio en las portadas de este miércoles. El jugador balear fue quién habilitó a Rodrigo para el 4-0 con un gran servicio.

El delantero del Valencia definió con el interior de la pierna derecha y batió a Kalinic por debajo de las piernas. El gol mató definitivamente al cuadro balcánico, incapaz de dar síntomas de vida. La fortaleza de Sergio Busquets, la varita mágica de Isco y el desparpajo de Ceballos dejaron sin opciones a su rival. Para colmo, el quinto no tardó mucho en llegar.

En esta ocasión fue Sergio Ramos, que marcó en un córner sacado por Asensio. El capitán del Madrid no falló en una de sus grandes especialidades, antesala del 6-0, obra de Isco, que también se apoyó en la inspiración de su brother para zanjar el triunfo ante el combinado croata. El malagueño provocó la admiración de todo el Martínez Valero con un control exquisito dentro del área antes de golpear al fondo de las redes.

El jugador merengue no tuvo piedad y cerró el segundo test de la nueva España. Un equipo que ha encajado muy bien la llegada del extécnico de Roma, Celta y Barcelona al banquillo, vitoreado en los minutos finales por el público de Elche. Un equipo que recordó sus mejores tiempos: el fútbol de salón, los goles y el estilo que hace ocho años llevó a bordar la única estrella que luce en el pecho de la roja. Luis Enrique ha dirigido a la selección en dos encuentros y el cambio ha quedado muy patente.