Me da la impresión de que la Cristianoronaldofilia está disminuyendo entre los futboleros españoles en la misma medida que aumenta entre los futboleros italianos y, así, ya no hay tantos madridistas que defienden que Cristiano Ronaldo es el mejor futbolista de la historia, por encima de un tal Messi y, por supuesto, de Pelé, Di Stéfano, Maradona o Cruyff. Qué raro. ¿Será que ser del Madrid, del Barça, del Atlético de Madrid o del Cádiz es la principal característica que nos permite predecir que un madridista colocará a Ronaldo (al menos, hasta su fuga a la Juve) en la cima del fútbol, que un culé hará lo mismo con Messi (salvo que se largue al PSG a hacer compañía al exídolo Neymar), un colchonero se quedará con Griezmann (sólo si no ficha por el Barça el próximo verano) y un aficionado del Cádiz siempre dirá que "Mágico" González está por encima de todo y de todos por los siglos de los siglos, amén? ¿Será que si el Barça hubiera fichado a Ronaldo y el Madrid, en una jugada maestra, se hubiera hecho con los servicios de Messi, nos encontraríamos con miles de culés defendiendo a Ronaldo y otros miles de merengues salivando con el juego de Messi? ¿Será entonces que los argumentos futbolísticos valen para lo que valen y cuando valen, pero no son la piedra angular del fútbol como la ética de Kant no es el fundamento de las decisiones políticas de Donald Trump o el Manifiesto Comunista no es lectura obligada en las reuniones del consejo de administración del BBVA?

Los futboleros tenemos opiniones definitivas y bien fundadas acerca de todo lo que rodea al mundo de fútbol. Es cierto que todos llevamos a un seleccionador dentro, y sólo hay que sentarse en la grada de cualquier estadio de fútbol para darse cuenta de que los aficionados sabemos exactamente qué hay que hacer cuando un equipo no funciona y todos, por supuesto, sabemos por qué un equipo funciona. El futbolero es un experto en explicar "a posteriori" por qué se perdió un partido y un especialista consumado en el arte de tomar decisiones teóricas que siempre funcionan porque jamás podrán llevarse a la práctica. Volvamos a Ronaldo, a Messi, a Griezmann y a "Mágico" González. Supongamos que un madridista dice que Ronaldo, antes de su decadente paso por la Juve, es el mejor futbolista de la historia, por encima de Messi. Bien. ¿Saben cuál es la única manera de desarmar al madridista? Pidiéndole que explique por qué. Y lo mismo para los casos de Messi, Griezmann o "Mágico" González. ¿Usted sabe cómo funciona una cremallera, el sol o una nevera? Por supuesto que sí. Hasta que tiene que explicarlo, claro. ¿Cómo demonios funciona una cremallera? ¿Por qué Ronaldo es mejor que Messi? Podemos divertirnos mucho hablando de cremalleras y de fútbol, pero eso no significa que sepamos cómo funciona una cremallera (o el sol, o la nevera) ni que la superioridad de Ronaldo con respecto a Messi pueda ser demostrada como si se tratara de un enfrentamiento entre la teoría evolucionista y la creacionista. La única manera de que los futboleros dejemos de ser tan parciales en nuestras opiniones y tan arrogantes en nuestras argumentaciones es que nos juguemos algo con ellas y que estemos obligados a soportar las consecuencias de esas opiniones y argumentaciones. Yo sé cómo funciona una cremallera, y puedo argumentar acerca de la superioridad de la cremallera frente a los botones. Pero la cosa cambia si me obligan a explicar cómo funcionan las cremalleras y me juego la paga extra de Navidad en un enfrentamiento dialéctico con un experto en botones. Uf.

Menos mal que la mayoría de los futboleros nos limitamos a disfrutar del fútbol, podemos decir sin tener que explicar nada que nuestros jugadores favoritos (Juanele, por ejemplo) no tienen nada que envidiar a Messi y sabemos que sean cuales sean nuestras opiniones futbolísticas jamás harán que nos despidan antes de comer el turrón en Navidad.