El Villarreal logró su primer triunfo de la temporada tras imponerse a domicilio al Leganés en un enfrentamiento donde fue de menos a más ante un rival que terminará la jornada como colista.

Pese a ser solo la cuarta jornada el partido cobraba una trascendencia especial. Para los locales, porque necesitaban puntos con los que afrontar de forma tranquila un duro calendario venidero. En el caso de los visitantes el motivo era su mal comienzo, por debajo de las expectativas de un conjunto que cada año aspira a puestos europeos.

De la necesidad hicieron virtud los blanquiazules, mucho más entonados en la puesta de largo. Intensos en la presión y dominadores del esférico, encontraban en el balón parado su forma más efectiva de amenaza.

El partido lo decidiría Bacca en la segunda parte después de entrar al campo en sustitución del intrascendente Toko Ekambi. Y como suele suceder con todo aquel que tiene el gol como oficio, no necesitó mucho para hacer diana. Adelantándose a Carrillo en una falta lateral ejecutada por Layún, el colombiano peinó lo justo para ponerla lejos del alcance de Cuéllar y colocar en ventaja a su equipo.