El Madrid cumplió con los pronósticos y se jugará la Supercopa con el Baskonia (19.15 horas) tras exhibir su mejor baloncesto ante un Obradoiro que, aunque lo intentó ante su público, sucumbió ante el tremendo acierto de un rival que lo bordó tras el descanso (61-81).

Los blancos sufrieron más de lo previsto para irse por delante a los vestuarios y rompieron el partido en la reanudación a base de triples y de la mejor versión de Llull (17 puntos, seis asistencias ) en un gran tercer cuarto en el que un parcial de 8-28 terminó por minar la resistencia de los anfitriones.

Como se preveía, el vigente campeón de Europa salió a por todas desde el salto inicial, con Llull a los mandos, repartiendo juego y aportando puntos, y Randolph como hombre más inspirado.

Los locales lo intentaban, pero chocaban una y otra vez contra un muro (12-20). Laso movía el banquillo y ese factor lo aprovechó el equipo gallego para acercarse en el marcador gracias a dos triples seguidos de Stephens (25-28, min 15). El Obradoiro mejoró con respecto a los primeros minutos y se puso a tiro en cuanto ajustó su defensa. Un arreón final de los blancos, con triple de Llull incluido, le permitió mantener al descanso seis puntos de renta (34-40).

De nuevo salió a por todas el Madrid tras el paso por vestuarios y, en un abrir y cerrar de ojos, rompió el partido a base de triples. Los aciertos de Randolph, Llull y Taylor subieron a 17 la brecha en menos de cuatro minutos (38-55, min 24). El Madrid era un ciclón ofensivo dejó visto para sentencia el partido y sacó antes de tiempo su billete para la final (42-68, min 30).

Los últimos diez minutos tuvieron poca historia. Gabriel Deck, que ofreció buenas prestaciones, subió la diferencia a treinta puntos con ocho minutos por delante, aunque el Obradoiro tiró de orgullo y logró maquillar la paliza con el 61-81 que permitirá al Real Madrid pelear por un nuevo título.