El Barcelona sacó una gran dosis de rabia para superar un 1-2 con diez jugadores, por la expulsión de de Clement Lenglet, pero las fuerzas solo le dieron para empatar contra un Girona que cuajó un gran encuentro, de la mano de Christian Stuani, autor de los dos tantos.

Piqué se redimió con un gol, el del empate a dos, tras dos acciones en los tantos de Stuani en las que el central barcelonista no estuvo muy acertado, pero el gol del catalán sirvió al Barça para no perder el liderato, que ahora comparte otra vez con el Madrid (15 puntos) acabada la quinta jornada de la Liga.

Buena salida del Girona que ya en el minuto 2 tuvo una clara ocasión de gol en un remate de cabeza de Bernardo que Ter Stegen atajó.

El Barça dominaba en el primer tercio de la primera parte, pero sin agobiar la meta rival, hasta que en el 12 Messi volvió a trazar una jugada marca de a casa, en la que fue de derecha a izquierda dejando hasta tres jugadores en el suelo y en su sutil disparo, Bono puso los dedos para desviar lo suficiente.

Siete minuto después Arturo Vidal se sacó un pase preciso dentro del área que Messi resolvió con un fuerte disparo al fondo de la portería (1-0). El Barça pudo aumentar la ventaja en una nueva intervención de Messi, quien asistió a Luis Suárez, éste se revolvió, pero se precipitó en su disparo.

El partido hasta entonces, intenso pero no duro, había dejado ya tres amarillas, por lo que bajó de pulsaciones, especialmente en el centro del campo.

A diez minutos del descanso, el VAR entró en acción, después de que Pere Pons chocase con Lenglet en una acción ofensiva del Girona. El colegiado consultó el monitor y concluyó que el francés había levantado el codo y le había dado en la cara al atacante gerundense, lo que le costó la roja.

El Barça aguantó hasta la segunda parte para reformular el eje defensivo con Umtiti, y en el 44, una falta de contundencia de Piqué en un balón alto, al que se anticipó Stuani, el uruguayo controló el cuero y batió a Ter Stegen (1-1).

En el segundo acto, Ernesto Valverde apostó por Umtiti y el sustituido fue Dembélé. La ausencia de un atacante en los azulgrana llevó al Girona a defender con nueve en cada ofensiva local, anulando casi todos los espacios y obligando al Barça a buscar balones altos.

Después de que Luis Suárez malograse una clarísima ocasión de gol, en el 51 Piqué volvió a estar lento en una acción y para corregirla se echó al suelo para sacar el balón a Portu, sobre el que cometió penalti, pero el jugador continuó con un disparo que repelió Ter Stegen, y fue a parar a Stuani, quien marcó un gran gol (1-2).

Valverde movó el banquillo, Messi tiró una falta directa que acabó repelida por el travesaño. Dos minutos después, otra falta directa de Messi, Bono envió a córner el balón. Tras el lanzamiento, Piqué remató de cabeza cruzado y empató el partido (2-2).