La selección de Estados Unidos revalidó la medalla de oro en el Mundial que se celebró en Tenerife, al vencer a la de Australia por 56-73, consiguiendo su décimo título.

Australia no volvió la cara al partido y trató de jugar de frente ante las estadounidenses, pero al no contar con el habitual bagaje anotador de Liz Cambage, que no estuvo muy afortunada en su enfrentamiento con la también jugadora de 2.03 metros americana Brittney Griner, poco pudo hacer.

Breanna Stewart y Diana Taurasi abrieron la final con sendos triples para poner a Estados Unidos ya por delante en el marcador, 0-6, desde el primer instante. Tina Charles se sumó al festival inicial y, con una canasta y dos tiros, redondeó el 0-10 que de salida le endosaron las estadounidenses a las australianas. Cuatro minutos tardaron las oceánicas en anotar sus primeros puntos, pero ni se acercaron en el marcador ante unas rivales ciertamente superiores, como acabaron demostrando.

Al final del tercer cuarto, Estados Unidos ya dominaba con claridad por 38-61, tras un 11-26 de parcial. Y en los últimos diez minutos, ambos entrenadores decidieron dar entrada a las segundas unidades y dejar descansar a las habituales. La final estaba decidida, y el título también.