El Viaxes Amarelle diseñó sobre la pista de la Sagrada Familia un férreo sistema defensivo que consiguió sujetar al Atlético Navalcarnero, que dominaba el ritmo del partido, pero no hallaba grietas en la muralla coruñesa. El conjunto madrileño se estrelló una y otra vez contra la zaga local, acompañada perfectamente por el buen hacer de Carmen bajo palos. El Amarelle consiguió a la contra crear cierto peligro que no pudo concretar. La insistencia madrileña acabó tumbando a las coruñesas en los últimos diez minutos de partido.