Habrá una constelación de estrellas sobre el césped, casi cien mil personas en las gradas, 650 millones de espectadores por televisión de 183 países y una rivalidad también centenaria. Detalles que avalan a un clásico del fútbol mundial, pero un poco rebajado respecto a los de la última década. No puede ser de otra forma cuando, por primera vez en once años, no estará ninguno de los dos futbolistas que han acaparado los Balones de Oro. A falta de Messi y Cristiano Ronaldo, el de hoy pasará a la historia como el primer clásico con VAR.

La introducción de la tecnología no es ninguna broma en un partido que difícilmente se libra de la polémica. Sin ir más lejos, el último que se disputó en el Camp Nou, con un puñado de jugadas que, con el VAR, hubiesen podido cambiar el resultado (2-2). Los madridistas reclamaron un penalti a Marcelo y falta previa de Luis Suárez a Varane en la jugada que acabó con el 2-1 de Messi. Los barcelonistas, la expulsión de Bale -autor posteriormente del empate (2-2)- por clavar los tacos en el gemelo de Umtiti sin posibilidad de jugar el balón. Curiosamente, el árbitro de aquel partido, el canario Hernández Hernández, ha sido designado para controlar el VAR, mientras que en el campo estará el murciano Sánchez Martínez.

En teoría, el calendario debería de ayudar a vivir un partido sin demasiada tensión, ya que en la jornada diez difícilmente puede dársele categoría de decisivo. Pero seguro que no piensa lo mismo Julen Lopetegui, al que los resultados han situado en el disparadero. Cuesta ver al Madrid fuera de los puestos europeos, séptimo, por detrás de equipos como Espanyol, Alavés o Valladolid, que en condiciones normales estarían a muchas leguas. El último mes ha sido tan adverso para el técnico madridista que algunos medios aseguran que ni una victoria en el Camp Nou salvaría a Lopetegui.

Hace una semana, su colega Ernesto Valverde no vivía mucho más tranquilo. Con tres empates y una derrota en ocho jornadas, además de algunos partidos muy deficientes, el técnico vasco empezaba a escuchar un preocupantes runrún. Pero la victoria frente al Sevilla devolvió al Barça al liderato y cuatro días después, contra el Inter, pasó con nota la prueba de fuego que supone jugar sin Leo Messi. Valverde apostó fuerte por Rafinha y le salió perfecto porque el brasileño abrió el marcador y el Barça dio una sensación de solidez que se echaba de menos.

Las buenas sensaciones del miércoles y la costumbre del entrenador de no tocar lo que funciona inclinan a pensar que inicialmente saldrá el mismo equipo hoy frente al Madrid. Solo unas ligeras molestias de Arthur, que podría dar paso a Vidal, mantienen la incógnita.

Más complicado resulta conocer los planes de Lopetegui para lo que puede ser su último partido como entrenador blanco. La baja de Carvajal ha provocado inestabilidad en el lateral derecho, que hoy podría ser ocupado por Nacho. La otra duda afecta a dos jugadores que a principio de temporada parecían indiscutibles. Si se decide por un 4-4-2, Isco tiene todas las papeletas para acompañar a Casemiro, Modric y Kroos. En caso de decantarse por un tridente ofensivo, Marco Asensio podría formar con Bale y Benzema.

Un repaso a los números de los dos equipos dejan bien claro que el principal déficit del Madrid en la presente temporada es ofensivo. Muy parejos en el número de goles recibidos (nueve el Madrid y once el Barcelona), para el madridismo resulta inevitable acordarse de Cristiano Ronaldo, ya que en nueve jornadas lleva diez goles menos que su eterno rival: 23 del Barça por 13 del Madrid.