El inglés Lewis Hamilton (Hertfordshire, Inglaterra, 7 de enero 1985) culminó ayer la conquista de su quinto Mundial, con el que iguala a Juan Manuel Fangio y se queda a dos de Michael Schumacher (7), después de una temporada reñida contra Ferrari y un Sebastian Vettel que no supo aprovechar el mejor coche de la parrilla.

Hamilton se apuntó el segundo título consecutivo, de nuevo en México, como uno de los más grandes, ya solo por detrás del Káiser y con tiempo para alcanzarlo. Al británico le queda además el mejor sabor de boca posible, el de haberlo peleado más que nunca. No como cuando se estrenó en 2008, que lo ganó en la última vuelta, pero sí más que los campeonatos sin rival en 2014 y 2015, y el del año pasado que enfiló en una racha triunfal después del verano.

Como en 2017, de nuevo el Ferrari estuvo ahí, para plantar cara a Mercedes e incluso adelantar a la Scuderia en ese mano a mano. Vettel comenzó mejor la temporada y pudo dar el golpe a Hamitlon, pero los errores abrieron la puerta a un piloto que no perdona y que mece y gobierna en el Gran Circo.

El Ferrari comenzó líder del Mundial, con casi 20 puntos de ventaja, con sus victorias en Australia y Baréin. Hamilton recortó en China y el alemán se pasó de ambicioso en Azerbaiyán, en su primer patinazo, donde el inglés pasó a comandar el campeonato. El Mercedes repitió victoria en Barcelona y se mantuvo arriba en Mónaco a pesar de terminar tercero por detrás de Vettel.

El cavallino rampante comenzaba a superar en las pistas a las flechas plateadas y en Montreal, el dominio de Vettel le devolvió al liderato. El Mundial estaba caprichoso y deparó un intercambio atractivo del que no salió bien parado el alemán, a pesar de tener a Hamilton en horas bajas. Vettel la lio en Francia pero volvió a ser líder con el abandono del inglés en Austria.

Se le ponía de cara al alemán, mientras Hamilton entraba en su peor bache en mucho tiempo, después de desperdiciar la pole en casa (Silverstone) y ver la victoria de Vettel, que ampliaba su liderato a 12 puntos. Se pasó entonces a la casa del aspirante alemán y el británico parecía tocar fondo cuando rompía su Mercedes en la Q1. Hamilton empujó su monoplaza y se quedó en él apoyado.

Sin embargo, saliendo desde la pole, Vettel se estampó con la lluvia y Hamilton remontó 14 posiciones hasta la victoria. El inglés se fue de vacaciones con otra victoria en Hungría, con 24 puntos de renta en el liderato y sacando pecho. "Estamos compitiendo con un equipo que es más rápido que nosotros este año", dijo.

En Ferrari recogieron el guante ganando en Spa para evitar la directa de Hamilton, pero un nuevo error de Vettel, en Monza para mayor dolor de los tifosis, le volvió a distanciar de la cima. Por si fuera poco, los coches rojos perdieron velocidad y no pudieron pelear en los triunfos del inglés en Singapur, Rusia y Japón.

Fue una estocada ya definitiva en la lucha entre dos tetracampeones, con 67 puntos de ventaja para un Hamilton que en Austin tuvo la primera opción de terminar con las cuentas. Volvió a la pelea Ferrari con Raikkonen ya pensando en el Mundial de Constructores, porque el de pilotos cayó siete días después. Ayer, en México.