En Ashgabat (Turkmenistán) empieza el camino hacia Tokio 2020 para los coruñeses Irene Martínez y Víctor Castro. Allí se disputa un Campeonato del Mundo absoluto de halterofilia en el que cambian muchas cosas. Por un lado, los pesos, pues varían las categorías para pasar de ocho a diez, lo que ha obligado a todos los competidores a iniciar una lucha con la báscula para o bien subir o bien bajar kilos. Pero sobre todo, el gran cambio es el sistema de clasificación para los Juegos Olímpicos. Hasta ahora era por selecciones. Cada país lograba un número de plazas que después distribuía entre sus deportistas. Ahora será por ranking individual. Méritos propios. Si los dos coruñeses quieren estar en la gran cita olímpica, tienen que acabar entre los ocho mejores de su categoría y si dentro de dos años no lo han logrado, todavía tendrán una nueva oportunidad en una repesca que otorgará otras cinco plazas. Empieza, por tanto, un duro camino y la primera piedra.

El primero en entrar en acción será Víctor Castro. El que fuera campeón de Europa sub 23 competirá en la categoría de hasta 67 kilos. Antes estaba en la de 69, por lo que le ha tocado adelgazar dos, algo que no le incomoda. "Creo que me puede venir bien y estoy motivado con el cambio de peso", asegura sobre este punto. Todavía no sabe cuándo competirá, hoy le confirmarán si será mañana o el viernes. Él está ansioso de que llegue el día. "La preparación ha ido bastante bien y me encuentro con ganas de competir", dice, pero no se marca ningún objetivo de puesto, sino más bien una competición contra sí mismo, estar en sus marcas y mejorarlas. "A nivel de ranking no sé cómo voy a estar ni cómo voy a puntuar para Tokio ya que al ser un reglamento clasificatorio nuevo, puede haber muchos cambios", analiza. "Sé que es difícil pero, ¿qué no lo es? Así que voy a dar el cien por cien, con las ganas y la motivación de siempre, y seguro que saldré recompensado", concluye.

El lunes le llegará el turno a Irene Martínez, que al contrario que su compañero, todavía no ha viajado hasta el país asiático. Ella, que entrena en Madrid, ya ha tenido premio esta temporada con la medalla de bronce en arrancada en el Campeonato de Europa. Fue su primer podio en categoría absoluta, la confirmación de lo que se esperaba de su calidad y talento tras su paso por las categorías inferiores, con preseas tanto continentales como mundiales. Ahora tiene que refrendario en el Mundial para ir ganándose paso a paso su puesto en Tokio. En su caso, competirá en la categoría de 64 kilos, por lo que ha tenido que ganar uno. "No hay mucha diferencia, así que estoy bastante satisfecha" reconoce. El objetivo de la temporada siempre fue el Mundial aunque se encontró con problemas por el camino. "No ha sido de mis mejores preparaciones pero al final he conseguido estar preparada para hacer una buena marca", cuenta. "Lo que quiero es dar el cien por cien. Con eso me iré satisfecha", añade.