Los archirrivales argentinos Boca Juniors y River Plate igualaron en la ida de la final de la codiciada Copa Libertadores y dejaron abierta la histórica definición para el choque decisivo el 24 de noviembre en el estadio Monumental. El partido, que se jugó sin público visitante por cuestiones de seguridad, fue trasladado a ayer tras la suspensión el sábado por una lluvia torrencial que azotó a Buenos Aires.

Wanchope Abila abrió el marcador para Boca, Lucas Pratto lo empató y Darío Benedetto de cabeza convirtió el segundo. Carlos Izquierdoz anotó en propia portería al intentar desviar un centro de Gonzalo Martínez, y le dio la igualada al millonario.

Si se registra un empate en la vuelta de la histórica final en el Monumental de River, habrá prórroga y, de permanecer la igualdad, se decidirá por penaltis. En esta final, el gol de visitante no se toma en cuenta como ventaja adicional.

Sin su entrenador Marcelo Gallardo, impedido de estar de La Bombonera por una sanción de la Conmebol, River logró un empate valioso mientras a Boca le quedó gusto a poco, pese al empuje de la afición local que llenó el estadio y no dejó de alentar.

Sobre los 90 minutos el portero Franco Armani salvó a River de la derrota, al tapar en un mano a mano frente a Benedetto que había quedado frente al arco tras un pase y una gran jugada de Carlos Tevez. La superfinal de la Libertadores 2018 tiene todos los condimentos emotivos. Enfrenta a los archienemigos del fútbol argentino y será la última vez que se juegue con un ida y vuelta, ya que en 2019 será un solo encuentro en Santiago de Chile.

Es la primera vez que dos equipos argentinos, y los más populares, se enfrentan en una final de la Copa Libertadores, el máximo torneo continental de clubes.

Después de atravesar dificultades en el arranque del partido, que agrandó la figura del arquero de Boca Agustín Rossi con tres atajadas de lujo, el equipo de Guillermo Barros Schelotto abrió la puerta del marcador a los 33 minutos con un remate fuerte de Abila, tras capturar un rebote de Armani.

La explosión de alegría en la Bombonera colmada duró poco. A los 35, apenas reanudado el juego, Lucas Pratto arrojó un balde de agua fría al superar de un remate cruzado al arquero de Boca, que nada pudo hacer.

El goleador Benedetto, que entró a los 25 minutos por el lesionado Cristian Pavón, le dio con un golazo de cabeza a los 45+1 la victoria parcial al equipo de Guillermo Barros Schelotto.

Pero en la segunda etapa, llegó el empate de Izquierdoz, que derrotó su propia valla. Benedetto, autor del segundo gol de Boca, sostuvo que su equipo "fue mejor, pero River también hizo su partido, es un justo resultado".

La Bombonera repleto con unas 53.000 espectadores empujó con sus incesantes cánticos a su equipo, mientras los hinchas de River, seguían el partido por televisión, muchos de ellos reunidos cerca del estadio Monumental, en la otra punta de la ciudad.

El equipo de la banda roja perderá para la final al delantero colombiano Santos Borré amonestado por una fuerte falta sobre Tevez, quien entró a los 72 minutos, y sumó su tercera amarilla lo que le impedirá estar en la vuelta.

El mal tiempo en Buenos Aires había prolongado la incertidumbre sobre la disputa del partido hasta la mañana del ayer, cuando una inspección de la Conmebol determinó que el campo de juego está en condiciones.

La Conmebol se vio obligada a suspender el partido el sábado, luego de que los 124 milímetros de agua caídos en toda la jornada, más de lo esperable para todo noviembre, anegaron el césped de la Bombonera, pero contra los pronósticos no volvió a llover. A la hora señalada, el mundo futbolero se paralizó para la final, dirigida por el árbitro chileno Javier Tobar.

Boca y River son los dos clubes más populares de Argentina y representan juntos a un 70% de los hinchas en un país con 44 millones de habitantes donde se respira fútbol. Jamás se midieron en una final por la Copa.

Boca suma seis Libertadores y busca la séptima corona para igualar al también argentino Independiente como los máximos ganadores de títulos del certamen continental, mientras River acumula tres. En el historial, los auriazules aventajan por 10 partidos ganados a los riverplatenses.