Liceo y Sporting empataron en hockey sobre patines pero los portugueses ganaron al billar francés, esa modalidad en la que los jugadores tienen que mandar la bola por las tres bandas de la mesa. Porque en un partido muy igualado e intenso, con muchas ocasiones y paradas de los dos porteros, al luso Angelo Girão le tocó la cara -aunque la mala suerte le llegó al final porque terminó el encuentro lesionado- y a Xavi Malián claramente la cruz. Dos de los cuatro goles de los visitantes, el segundo y el cuarto, fueron de carambola. Porque la bola, antes de tocar el fondo de las redes de la meta, impactó antes en un palo y después en la espalda del portero verdiblanco. Especialmente decisivo fue el segundo, tras una directa de Pedro Gil. Cuando las fuerzas están tan igualadas, cuando el Liceo había hecho tanto para merecer más, dos golpes de fortuna así son demasiado contra lo que luchar.

El conjunto dirigido por Juan Copa dio la cara. Sin miedo. Por más que la lista de estrellas del Sporting asustase. Le miró de tú a tú. Por lo menos hasta donde le llegaron las fuerzas. Y hasta donde le dejaron los árbitros, cuyas decisiones también influyeron mucho. La primera parte fue suya sin discusiones. Porque estuvo segurísimo atrás, bien atados a los Toni Pérez, Font, Pedro Gil y compañía, y con fantasía en ataque. Uno de los más activos fue Carlo di Benedetto. En el minuto ocho, tuvo un mano a mano que pudo haber servido para abrir el marcador. Y eso hizo que los locales se viniesen arriba. Ni siquiera con su teórica inferioridad numérica cuando empezaron las rotaciones, bajó su rendimiento. Dispuso de un penalti, que falló Sergi Miras, pero siguió insistiendo. El gran trabajo defensivo de Coy y la inspiración de Di Benedetto mostraban el camino. Como el del 1-0. El defensa casi deja sin careta a Girão con un fuerte disparo del que él mismo cogió el rechace para que el francés solo tuviera que remachar a gol, el único del primero tiempo y con el que se llegó al descanso.

Freitas sacó más pólvora para el segundo acto y dio entrada a Raúl Marín, inédito en el primero. El partido cambió de escenario y los árbitros tuvieron mucho que ver. Como con la azul a David Torres. Malián lo paró todo, incluida la directa de Font, durante la inferioridad que fue un sálvase quien pueda para los verdiblancos. Y justo cuando el Liceo recuperó al cuarto jugador, empate de Toni Pérez, que celebró tímidamente el gol. Después, otra azul a Eduard Lamas que aprovechó Pedro Gil en la directa. La bola dio en el travesaño, rebotó en la espalda de Malián y entró. Con polémica y muchas protestas el tanto subió al marcador y el propio Gil se encargó de sentenciar con un fuerte disparo al cabo de dos minutos. Mató al Liceo. Las azules pesaron mucho porque el cansancio empezaba a hacer mella. El Sporting, en cambio, campaba a sus anchas. Hasta los instantes finales los colegiados solo le señalaron un par de faltas.

Quedaban diez minutos en los que el Liceo pudo acortar a bola parada. No pudo Di Benedetto con su directa Girão. Y para más desesperación, Font puso la puntilla con el cuarto, también de rebote tras tocar en la espalda de Malián. Los locales dispusieron de una última directa que falló Torres. El partido terminó con la lesión del meta portugués que después de un auténtico recital se tuvo que despedir por la puerta de atrás. El Liceo tampoco quiere decir adiós a la Liga Europea y para eso no puede fallar más. Se ha quedado sin margen de error.