Dos meses después, el Leyma volvió a ganar y evitó la décima derrota consecutiva. La cuenta se queda en nueve. Suficientes. Los naranjas necesitaban una alegría y se la dieron ayer a costa de un Canoe que no tuvo su día. Con eficiencia. Sin florituras. Con cabeza y mejorando aquello que lo había hecho débil, como el rebote. No importó que no pudiese contar con el que bien podría ser un posible quinteto inicial -Zach Monaghan, Braxton Ogbueze, Carlos Martínez, Larry Abia y André Araujo-. La anotación de Quinton Stephens y Ty Sabin y la intimidación de Michael Uchendu y Mirza Biluc tiraron de un carro al que también aportó su granito de arena Jeff Xavier. Una semana por delante para sonreír y pensar en la visita al Barça, el siguiente peldaño para escalar en la clasificación.

Le costó arrancar al Leyma, que falló sus tres primeros ataques hasta que Uchendu machacó la canasta, que pareció romperse metafóricamente. Porque a partir de ese momento, el acierto cambió. Sobre todo en el tiro exterior. Tres triples, dos de Stephens y uno de Sabin, pusieron la primera renta (13-6). El Canoe, en cambio, vivía de los errores ajenos, el rebote local. A falta de dos minutos y veinte segundos para el primer parón, se puso por delante (15-6) con un parcial de 0-8. Al contrario que en otras ocasiones, el Leyma no perdió la cabeza. Siguió ahí. Con dos tiros libres de Pino se cerró el cuarto con 21-18.

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El Leyma vence al Canoe (85-59)

El conjunto coruñés puso el cerrojo en defensa y aceleró en ataque. Salió prácticamente todo. Los triples de Bulic y Pino metieron la directa. La presión defensiva secó al Canoe. El parcial fue de 14-0. Demoledor. Esperanzador para los de casa, que ya no solo es que no cedieran segundas oportunidades, sino que se aprovechaban ellos de ellas. Luchando cada balón. Sin precipitaciones y malas decisiones. Corriendo. Y con buena circulación de balón. Porque lo importante no era hacerlo bonito, sino ganar, a cualquier precio. El 42-29 al descanso lo ponía más cerca.

No peligró la ventaja. Después de nueve derrotas seguidas, sin embargo, que esta se reduzca a once puntos es suficiente para que surjan los nervios. Demasiadas pesadillas previas. Además el Canoe en algún momento tenía que hacer acto de comparecencia. El Leyma, sin Bulic en pista, volvía a tener un agujero en el rebote y los madrileños fueron metiéndose. Los naranjas no perdieron la calma y se mantuvieron con buenas acciones en la pintura de Uchendu y un acertado Stephens (64-49). Con un parcial de 10-0 de salida en el último cuarto no hubo mucha mas discusión. Aranzana todavía puedo darse el lujo de premiar, con la entrada en pista, a los canteranos Rubén Souto y Jorge García, que encima enchufó el triple final (85-59). Después de tanto sufrimiento, toda una fiesta.