Un penalti a lo panenka transformado por Aritz Aduriz en el tiempo añadido ante el Girona dio ayer al Athletic un triunfo vital (1-0), una victoria más que merecida que además dio el brillo que se había ganado el equipo bilbaíno en el debut en Liga y en San Mamés de Gaizka Garitano, exentrenador del Deportivo. Aduriz demostró de qué pasta esta hecho y lo que necesario que es para su equipo respondiendo en el momento decisivo, a la hora de tener que transformar desde los once metros el claro penalti sobre Iker Muniain.