El japonés Kei Nishikori, segundo cabeza de serie, venció en la final de Brisbane al ruso Daniil Medvedev, cuarto favorito, por un reñido 6-4, 4-6 y 6-2 para romper la racha de nueve finales perdidas consecutivas después de conseguir el título de Memphis en febrero de 2016.

En una repetición de la final de Tokio del pasado año, donde Medvedev ganó el hasta ahora el título más importante de su carrera, Nishikori se impuso en dos horas y cuatro minutos de lucha, para hacerse con el duodécimo título de su carrera.

Ambos jugadores comenzaron especulativos la final escudados en un seguro servicio y en largos intercambios sin arriesgar demasiado.

El joven ruso sería el primer en dar un paso adelante para romper la monotonía y afianzarse con la primera rotura del partido.

Medvedev, más justo de fuerzas que su rival, acusó el cansancio y empezó a ceder servicios en el set definitivo como consecuencia de su decisión por acortar más los puntos y mostrarse más agresivo en el tramo final del encuentro.

Nishikori, quien mantuvo la serenidad desde el primer momento, aguantó las últimas embestidas del ruso en forma de orgullo para, tras nueve finales consecutivas perdidas, coronarse en Brisbane como campeón.