Garbiñe Muguruza venció ayer a su compatriota Carla Suárez (6-3, 6-4) en la primera ronda del torneo de Sídney (Australia), puntuable para la WTA, y se enfrentará a la holandesa Kiki Bertens en la siguiente ronda, que ganó a la estadounidense Bernarda Pera (7-5, 6-4).

La hispano-venezolana, número 18 del mundo, aprovechó una de las dos bolas de rotura de las que dispuso en el cuarto juego para quebrar el servicio de su rival y encarrilar un primer set que se acabaría adjudicando.

En la segunda manga, Muguruza firmó dos breaks consecutivos para ponerse 4-1 arriba, y, aunque la grancanaria respondió al segundo de ellos con un 'contrabreak', no pudo revertir la dinámica del encuentro, que finalizó tras una hora y 18 minutos de juego.

"Cuando juegas contra una amiga es siempre muy difícil, pero al final tienes que enfrentarte en la pista. Encima, las condiciones han sido más difíciles porque hemos tenido que esperar todo el día por la lluvia y al final hemos acabado pasadas las doce y media de la noche, pero tenemos que estar preparadas para estas cosas", destacó Muguruza tras el choque.

"He estado tratando de mantenerme concentrada, activa, y preparada para cuando fuera la hora de salir a jugar. Nunca es fácil, así que estoy contenta con mi actuación teniendo en cuenta que no pude pelotear por la lluvia. Fueron partidos duros y seguidos en Perth y sé que aquí va a ser parecido, así que solo quiero estar lo mejor preparada posible para cara partido", concluyó.