El Leyma termina la primera vuelta contra el Araberri (Palacio de los Deportes de Riazor, 21.00 horas). "Si ganamos el séptimo partido no estaría tan mal después de todo lo que pasamos. Pero tampoco tan bien", dice Gustavo Aranzana. Parece que se le ha pegado un poco el famoso "depende" gallego. Pero es que nada es blanco o negro. El equipo naranja sufrió muchísimo en un bache de nueve derrotas seguidas que lo sumió en un abismo. Salir de él no fue fácil, pero cinco victorias seguidas hicieron ver la luz que perdió un poco con la derrota de la semana pasada en Huesca. Para seguir mirando hacia arriba no queda otra que volver a ganar y visita el pabellón coruñés un equipo como el Araberri al que el técnico califica como muy peligroso y que además es un rival directo. Para el compromiso, Aranzana recupera dos efectivos para el perímetro, los lesionados Braxton Ogbueze y Sergi Pino, aunque mantiene la duda de un enfermo Andrés Miso.

El conjunto naranja ocupa ahora mismo la decimotercera plaza con un balance de seis triunfos y diez derrotas. El play off ya queda a una distancia de tres victorias. "Tenemos que acabar la primera vuelta medianamente bien para coger fuerza y motivación para hacer una gran segunda vuelta y optar a estar en el play off", dice Aranzana. Justo por detrás de los coruñeses está el Araberri, con 5-11 y en una racha negativa de cinco derrotas. Pero el entrenador no se fía. "No es un rival de jugadores conocidos porque ha cambiado totalmente la plantilla, pero tiene mucho peligro", analiza. Empezando porque es el segundo equipo más anotador de la categoría y también el segundo en rebotes, además de tener a un jugador decisivo como el base Junior Robinson -"que genera muchas transiciones y ventajas que reparte entre sus compañeros"-, por lo que pide máximo respeto: "Ha ganado en Bilbao, es un resultado que marca la tendencia de un equipo que ha competido contra todos".

Esta noche se espera un gran ambiente gracias a la iniciativa del club por la que todos los socios y abonados podían invitar a quien quisieran al partido. Se han repartido más de mil entradas, lo que garantiza una buena asistencia. "Esto supone atraer gente nueva, traer gente al baloncesto y hacer más ruido para que se nos oiga", señala, "ya que hace frío, que haya calor humano, es bueno para el jugador que se siente arropado".