La superficie helada del lago más antiguo y profundo del mundo será el próximo destino de Chus Lago, Verónica Romero y Rocío García, las integrantes del equipo de Compromiso con la Tierra, que si supera esta tercera hazaña superará los 1.000 kilómetros de travesía sobre el hielo. No será la última aventura, anunció Lago, que a sus 54 años prevé seguir preparando expediciones a su regreso de Rusia. "Hay muchas zonas increíbles poco conocidas", aseguró.

Su reto inmediato consistirá en recorrer a pie y sobre patines cada día durante ocho horas -desde el amanecer hasta el ocaso- y durante aproximadamente un mes los 634 kilómetros de longitud del lago Baikal, en Siberia (Rusia). Será una travesía en solitario de las tres alpinistas, que confían en convertirse en el primer equipo femenino que realiza esta compleja hazaña deportiva con la que además pretenden llamar la atención sobre el impacto del cambio climático en esta zona vital del planeta. Allí se estima que está el 20% de las reservas de las aguas continentales no heladas. "La temperatura se ha incrementado en la zona en 1,2 grados en el último siglo, el doble de la media global", explicó Lago.

Esta nueva aventura triplica la distancia de las anteriores, en Laponia (200 km.) y la isla de Baffin, en Canadá (150 km.). "Lo que me preocupa es el hielo y la convivencia, tenemos que ser inteligentes y no romper el equipo pero la experiencia nos permite a las mujeres colocarnos en retos muy potentes", admitió Lago, que también añadió que en condiciones extremas "hay que tener más miedo a uno mismo sobre todo".

"La cualidad más importante es no tener memoria para las cosas malas", bromeó Chus Lago al respecto de la travesía tras recibir los halagos en plena rueda de prensa de la presidenta del Club Montañeiros Celtas, Lourdes Castiñeira, al que pertenecen "con el corazón" las protagonistas. "Yo no tengo esa capacidad", admitía esta última. Además de ella, las exploradoras estuvieron rodeadas de su entrenador, amigos, investigadores, científicos -entre ellos la directora del IEO, Victoria Besada- y también patrocinadores, entre ellos Vegalsa. "Estamos apoyando a dos mujeres deportistas de elite que están ha -ciendo algo increíble", aseveró Gabriela González, directora de comunicación de Vegalsa, empresa que además del equipamiento aporta también la comida que nutrirá a la expedición. "Me hace muchísima ilusión este proyecto no solo por lo personal y deportivo, que también, sino por el compromiso medioambiental", dijo por su parte Verónica Romero, que agradeció el apoyo de su familia y recordó que tras ellas tres hay un gran equipo.

Y es que el reto que afrontarán las tres deportistas durante cuatro semanas en el mes de febrero será muy duro, con temperaturas en la zona hace dos semanas que llegaron a los 49 grados bajo cero. "Esta semana y la anterior están a temperaturas entre los 9 y 1 grados bajo cero y se espera que a partir del día 29 vuelva a enfriar hasta los -28 que son temperaturas que me dejan más tranquila", explicó Lago, que recordó que su mayor temor es la poca consistencia del hielo.

A sus espaldas cada una de las integrantes de Compromiso por la Tierra cargará con unos 70 kilos de peso. "Calculamos con comer un kilo de comida al día por lo que llevaremos 30 kilos de comida, diez de combustible, aparatos eléctricos, radoibalizas, cocinas, el campamento, cámaras de fotos, piolets o tornillos", contó Lago, que para soportar esa carga adicional se ha entrenado junto a Romero en el monte Vixiador y el Aloia pero también en el gimnasio y sobre patines para intentar avanzar lo más rápido posible sobre el hielo. "Hemos subido 106 veces el monte Aloia y miles de veces el Vixiador", indicó la alpinista.

Para combatir el frío cuentan con un completo equipamiento pero además grandes reservas de alimentos muy calóricos. "Vamos a comer mantequilla a paladas, lo que no hacemos aquí, para tener mucha energía", relató.

Un durísimo entrenamiento para prepararse a los grandes desafíos de un lago que, entre otras complicaciones, tiene fuertes vientos y también sufre una importante actividad sísmica producida por una falla joven que abre brechas en el hielo de hasta diez kilómetros de extensión y dos de anchura. "Es un lugar majestuoso y súper fotogénico pero que encierra sus sombras", añadió Lago, que también hizo hincapié que tratarán de sortear unos "agujeros de agua libre" que afloran en la superficie del lago y que han sido fotografiados en numerosas ocasiones por la NASA. Aparecen por los cambios de temperatura del agua y también el metano que contiene el lago y pueden alcanzar hasta cuatro kilómetros de extensión. "Estéticamente es algo maravilloso pero nos preocupa qué pasará si toda la superficie termina descongelándose y llega a derretirse para siempre una zona tan maravillosa como esta", recalcó la alpinista gallega.