El Madrid dio un paso firme hacia las semifinales de la Copa del Rey al remontar al Girona con Vinicius exhibiendo liderazgo y Sergio Ramos saliendo al rescate con su acierto goleador.

Desde una mejoría física indiscutible, el Madrid exhibe una renovada confianza para levantarse de golpes que antes le dejaban noqueado. El Girona, con la receta de acierto con la que eliminó por sorpresa al Atlético, golpeó primero pero cedió ante el empuje blanco, con Vinicius y Odriozola de pilares.

A los siete minutos, con una triangulación perfecta para salir de presión y centro desde el costado del coruñés Raúl García, el Choco Lozano remató a placer. El Madrid empezó a enlazar llegadas a portería rival. Casemiro fue el primero en intentarlo; Marcelo quiso corregir arriba los despistes defensivos. A la tercera, cuando Odriozola rompió con todo en velocidad, llegó el empate. Decidió con brillantez. Pase atrás y regalo a otro coruñés, Lucas Vázquez.

Odriozola seguía con su exhibición, desequilibrando siempre y asistiendo. Los intentos de Benzema morían en manos del portero rival cuando llegó una acción protestada por Modric, derribado dentro del área cuando se disponía a chutar. No lo señaló el colegiado, que de cerca vio dos minutos después el derribo a Vinicius. Cayó en la trampa del recorte Lozano y el regalo no lo desaprovechó Ramos para marcar de nuevo a lo Panenka en un lanzamiento tan perfecto que va camino de cambiarle el apellido.

Remontada certificada y una segunda parte por delante, el Madrid esperaba más. Pero en cuanto Vinicius bajó su nivel de influencia, su equipo lo acusó. Comenzó a llegar con timidez el Girona. Un cabezazo de Doumbia, otra subida peligrosa de Raúl García por la izquierda que acabó con parada arriba de Courtois al disparo del Choco. De ese córner llegó un castigo inesperado, un penalti difícil de superar en lo absurdo. Nacho empujó a su compañero Llorente que golpeó el balón con la mano. Granell empató con un zurdazo perfecto.

Nuevamente tenía que reaccionar el Madrid y apareció su mejor 9, Sergio Ramos, para devolver la tranquilidad. En cuando Vinicius le metió de nuevo velocidad hizo tambalearse al Girona. Marcelo renació para poner el centro al testarazo del capitán a la escuadra.

Y desatado Vinicius, puso una diferencia mayor para la vuelta, con el pase a Benzema para premiar su búsqueda del gol. A puerta vacía marcó el cuarto para dejar al Real Madrid a un paso de las semifinales de la Copa del Rey.