"Vamos a poner dos velas negras", dice Rubén Vázquez, entrenador del Maristas. Porque en las dos últimas temporadas sus jugadoras han sufrido cinco roturas del ligamento cruzado de la rodilla: Eugenia Filgueira, Marina Feijoo, Bea Sanz (esta dos veces seguidas) y Mara Cortés. Las coruñesas empiezan a ver la luz con las recuperaciones de Eugenia Filgueira y Marina Feijoo. Su caso es singular porque se operaron el mismo día, incluso compartieron habitación. Y no había sido un día cualquiera, sino el mismo en el que se confirmó que su club ascendía a Liga Femenina 2. "Fue lo primero que preguntamos al salir de quirófano, si nos habían dado la plaza", recuerdan las dos. Seis meses después, ambas ya están sobre la pista. En la recuperación ganó Marina, pero solo por una semana. Ella volvió antes, hace dos. Eugenia lo hizo la pasada y a lo grande, con 15 puntos que contribuyeron a la victoria contra Avilés. Ellas son la cara. La cruz, las dos que todavía siguen en rehabilitación. Mara Cortés acaba de ser operada. Al principio de la temporada ya lo había sido una Bea Sanz que había pasado por lo mismo solo unos meses antes. Y también es rotura, pero no de rodilla sino de dedo de la mano, lo que también mantiene a Xiana Fernández en la enfermería.

"La verdad es que en los entrenamientos, cuando alguien se hace daño, todas pensamos: la rodilla", reconoce Eugenia. Hay un poco de psicosis porque a estos cinco casos se suman los dos de Andrea Pérez, aunque esta con anterioridad. De hecho, cuando Eugenia se hizo daño en el último partido de la fase de ascenso de la temporada pasada, las caras eran de desolación. Para ella la lesión llegó al final del curso. Marina ya llevada tocada desde la Navidad anterior. "Me molestaba y me fallaba, pero me fue aguantando y me respetó bastante", dice la base. Por eso aunque no se lesionaron a la vez, ni en la misma rodilla, derecha en el caso de Marina e izquierda en el de Eugenia, sus operaciones acabaron coincidiendo en el tiempo. Una detrás de otra. Eso también les ayudó en la recuperación. "Nos apoyamos la una en la otra", explica Filgueira. Pero había algo más que les obligaba a tirar para adelante. "Teníamos el objetivo de jugar en Liga 2 y eso dio ánimos en los momentos más duros de la recuperación", añade Feijoo.

Su vuelta se produjo en la vista al Lima-Horta Barcelona de hace dos semanas, con derrota por 66-80. El de Eugenia, solo una jornada después, en el triunfo frente al Víctor Antuña (75-60). "Estaba con ganas, pero todavía me cuestan algunas cosas", matiza Eugenia pese a los 15 puntos que metió: "Hubo suerte porque estuvimos acertadas en el tiro de tres". La victoria reafirma las opciones de Maristas de permanencia. "Si seguimos así y nos salen las cosas bien, podemos competir contra cualquiera", cree Eugenia. "Pase lo que pase, que yo creo que estamos en el camino de la salvación, tenemos que estar orgullosas porque somos un equipo amateur que lucha contra profesionales y hemos dado la cara en todos los partidos", añade Marina. Hoy, en Vilagarcía contra el Cortegada (19.30 horas), nueva oportunidad para demostrarlo en el derbi gallego.