El Barcelona logró ayer encadenar su octava victoria en Primera y llevarse el derbi de Montilivi ante un Girona que dio la cara durante todo el partido, pese a jugar los últimos cuarenta minutos con un hombre menos por la expulsión de Bernardo Espinosa, que fue protestada por los anfitriones como muy rigurosa. Pero ese espíritu combativo demostrado por los hombres de Eusebio no bastó ante un Barcelona que no se está mostrando brillante en esta fase de la temporada, pero sí extraordinariamente eficaz.

Nelson Semedo, al inicio del partido, adelantó a los azulgranas y Leo Messi sentenció a los locales mediada la segunda mitad para consolidar al Barça en el liderato. El Girona, en cambio, sumó su octavo partido sin conocer la victoria en la competición.

El encuentro reunió a los tres máximos artilleros del campeonato, los azulgranas Messi, que ayer sumó su tanto 19, y Luis Suárez (15), y el rojiblanco Stuani (12), pero el encargado de estrenar el marcador fue Semedo, que en el minuto 9 celebró su primera diana con al Barcelona al rematar un balón muerto en el área pequeña.

El Girona fue despertando con el paso de los minutos y a punto estuvo de lograr el empate en el 41, en una doble ocasión de Stuani y Pere Pons que salvó Piqué en la línea de gol. Salieron los locales dispuestos a seguir poniendo en apuros al equipo de Ernesto Valverde tras la reanudación y Ter Stegen sacó un tiro a bocajarro de Stuani al inicio de la segunda mitad. Ni la rigurosa expulsión de Bernardo Espinosa por doble amonestación frenó el ímpetu de los pupilos de Eusebio, quienes, a pesar de la inferioridad numérica, persistieron en su intento de buscar el empate, dándole ritmo a cada transición y entrando con peligro por las bandas.

Sutil vaselina

Pero la ofensiva local duró hasta que, en el minuto 67, Jordi Alba dejó solo a Messi ante Bono y el 10 certificó, con una sutil vaselina, la octava victoria consecutiva del Barça en la Liga.