Hasta el pasado sábado, el récord de España juvenil de remoergómetro estaba en posesión de Esther Briz, vigente campeona del mundo y de Europa de remo de esta categoría. "Y todos pensaban que iba a durar muchísimos años", recuerda Manel Landeira. Nadie contaba que una recién llegada como la coruñesa Iria Jarama fuese capaz no solo de batirlo, sino de convertirse en la primera en la historia en bajar de los siete minutos. Porque la deportista del Olímpico de Mandeo lleva solo 15 meses en el remo y todavía tiene muchas cosas que aprender. Un fenómeno que solo se explica porque tiene unas condiciones innatas, además de la cabeza y el espíritu competitivo necesarios para modelar un campeón, así como la constancia diaria en cada entrenamiento. "No le vale dar media pedalada mala", señala su entrenador. Nadie sabe dónde están sus límites. Ni ella misma. "El objetivo de este año es ir al Mundial y a partir de ahí ya pensaré en lo máximo", dice, dejando entrever un no tan lejano futuro olímpico.

De momento la temporada ha empezado a pedir de boca. Todavía en invierno, las competiciones indoor de remoergómetro son más aburridas y duras y aun así su prestación ha sido máxima. "Me puse el récord de España como objetivo", confiesa, "pero no me esperaba que pudiera batirlo". De cara el verano llegan cotas más altas. La primera, el Campeonato de España de larga distancia en febrero. Después, lograr la clasificación para el Campeonato de Europa y más tarde, para el Mundial que será un Tokio, donde un año después se disputarán los Juegos Olímpicos. "Haremos varias concentraciones con la selección española y nos irán probando en diversos barcos a ver cuál es el más rápido", explica sobre cómo será su camino hacia su meta personal del año.

Ya está hablando de Mundiales cuando hace quince meses que se bajó de los patines para subirse por primera vez al barco. "Hacemos captación por los colegios y le invité a que probara", recuerda Landeira. Llevaba solo dos cuando fue a su primer concentración con la selección española porque ya había hecho el tercer mejor tiempo de toda España. "Y eso que no sabía remar. Cuando ya fue a la siguiente, alucinaron con el cambio", añade el entrenador. Es uno de los factores de su éxito. Su perfeccionismo. Landeira señala otros tres. La primera, que venía de hacer otra deporte y ya conocía la dinámica de competiciones, constancia, sacrificio. La segunda, su cabeza. Y la tercera, su cuerpo: "Tiene unas medidas antropométricas ideales para este deporte porque no solo es alta, sino que destaca por su envergadura". Para Landeira, es única. "Llevo mucho años en esto y es una pasada. Cuando tienes una deportista que además de poder, quiere... te sale una Iria Jarama", sentencia.