A nivel del tenis español, cuanto más grande es el palmarés de Rafael Nadal, un jugador que destaca tanto por su saber estar en las victorias como por su señorío en las derrotas, con la de la final australiana como más reciente ejemplo, más grande es el vacío que aparece tras él.

El propio jugador balear advertía días pasados en Melbourne de la ausencia de un relevo español en el circuito. Los números no engañan: el más joven de los jugadores nacionales entre los setenta primeros de la clasificación ATP es el Pablo Carreño, 23.º con 27 años, y con menos de 24 entre los cien primeros sólo encontramos a Jaume Munar, 21 años, número 80 del mundo y con un discreto balance de 13 victorias en toda su carrera profesional.

Nadal cuenta en estos momentos con más puntos en la clasificación de la ATP (8.320) que la suma de los que tienen los siete jugadores españoles que le siguen en la clasificación, los 7.971 que totalizan entre Bautista, Carreño, Verdasco, Feli López, Ramos, Carballés y Munar.