A nadie le gusta perder. Y menos a jugadores tan competitivos como los del Deportivo Liceo. Los verdiblancos arrastran dos dolorosas derrotas. La primera contra el Sporting comprometió su clasificación para los cuartos de final de la Liga Europea. La segunda, solo cuatro días después, fue en Barcelona y les alejó casi definitivamente del título de la OK Liga ya que siete puntos parecen una distancia insalvable ante un equipo culé que en toda la primera vuelta solo cedió seis. Por suerte, o más bien gracias al trabajo previo, el conjunto coruñés también tenía un renta cuantiosa con respecto a sus perseguidores y mantiene la segunda plaza. Un subcampeonato que tiene que empezar a apuntalar desde ya, como en la visita de esta noche (Palacio de los Deportes de Riazor, 21.00 horas) del Voltregá. El Reus le sigue a dos puntos, el Noia a cuatro y el Caldes, a cinco. No todo está perdido. Su obligación ahora es ganar, meter presión al Barça y, de paso, preparar bien la Copa del Rey que se disputará en un mes, con cinco partidos todavía por el medio.

El primero es el de esta noche contra el Voltregá. Jornada entre semana, por la noche, y como tal, complicado para que el Liceo sienta el calor del público. Pero no hay nada que motive más que la posibilidad de resarcirse de un momento duro. Estarán las dudas del estado físico de los jugadores después del esfuerzo hecho, sobre todo el de Eduard Lamas, que sufrió una sobrecarga muscular en el partido contra el Barcelona que no le dejó prácticamente jugar en el segundo tiempo. Desde el club apuntaron que no era grave, por lo que todo apunta a que Juan Copa podrá contar con él.

El Voltregá, por su parte, llega a Riazor después de haber ganado dos partidos seguidos, uno contra el Reus y el último frente al Alcobendas. El conjunto blanquiazul ocupa la octava plaza, en el medio de la tabla, y ha cumplido con uno de sus primeros objetivos de la temporada, como es clasificarse para la Copa del Rey. En el partido de la primera vuelta, el Liceo se impuso en Sant Hipolit por 2-5, pero la plantilla ha cambiado desde entonces. Se incorporó el veterano Mia Ordeig, junto a Petxi Armengol los más experimentados del equipo. Fue cortado, casi por sorpresa, Xavi Rovira, precisamente uno de los que había marcado en ese encuentro frente a los verdiblancos. Volverá también para este duelo Eric Vargas después de cumplir dos partidos de suspensión por ver una roja ante el Lleida. El resto de efectivos con los que cuenta Cesc Linares son jugadores muy jóvenes, pero con mucho talento, desde Pol Manrubia hasta Adriá Ballart. Mucho futuro unido. Pero el Liceo tiene que ganar para seguir siendo presente.