El sorteo de las semifinales de la Copa del Rey endureció el calendario del próximo mes para Barcelona y Madrid, que se enfrentarán tres veces casi seguidas. Los equipos de Ernesto Valverde y Santiago Solari, que han vivido un enero muy intenso, experimentarán un incremento de la exigencia. A lo previsto, con importantes choques ligueros y la irrupción de los octavos de la Liga de Campeones, se añaden otros dos clásicos.

Se verán las caras en tres ocasiones. La primera el próximo miércoles 6 en el Camp Nou y las dos siguientes en el Santiago Bernabéu, en la vuelta de la semifinal del torneo del KO y justo después en la vigésima sexta jornada de LaLiga Santander.

Tres grandes duelos que se añaden, por ejemplo, a la visita del Valencia al Camp Nou hoy y viajes ligueros comprometidos para los de Valverde a San Mamés y al Ramón Sánchez Pizjuán, éste justo después de medirse al Lyon en la máxima competición europea.

Mientras, el Madrid, que recibirá al Alavés mañana, tiene, además de los choques con el Barcelona, compromisos de enjundia como el derbi en el Wanda Metropolitano del 9 de febrero justo antes de viajar a Amsterdam a la ida de octavos de la Champions.

La ventaja que tiene el Barcelona es que en la liga es líder con cierta claridad, con cinco puntos de diferencia respecto al Atlético y diez sobre el propio Madrid, que está obligado a no fallar si quiere mantener alguna mínima opción.

También se barrunta igualdad en la otra semifinal de la Copa que disputarán Betis y Valencia, ambos conscientes de que se encuentran ante una gran oportunidad de soñar con un nuevo título para sus vitrinas. Dos títulos coperos tienen los andaluces y siete los valencianos, pero no llegan a una final desde 2005 y 2008, respectivamente.

De hecho, ahora están empatados a puntos (29) en LaLiga Santander, donde el Valencia, séptimo, está un puesto por encima gracias a su mejor diferencia de goles. En el último precedente liguero, disputado el pasado 15 de septiembre en Mestalla, el marcado reflejó un decepcionante empate sin goles, lejos del espectacular 3-6 de la campaña 2017-18 registrado en Heliópolis.

Tras eliminar en la prórroga al Espanyol, el equipo verdiblanco aspira a que el fútbol de toque propugnado por Quique Setién le lleve hasta la final soñada en su propio estadio. Para redoblar su apuesta, se ha reforzado en este mercado de invierno con Jesé Rodríguez, el mexicano Diego Lainez y el brasileño Emerson.

Por su parte, el Valencia ya carbura tras un dubitativo arranque de temporada que le coronó como rey del empate (llegó a sumar siete en ocho jornadas) y también llega muy reforzado tras su agónica remontada ante el Getafe con triplete de Rodrigo Moreno. Rubén Sobrino y Facundo Roncaglia acaban de llegar y ya están a disposición de Marcelino García para tratar de eliminar al anfitrión.

También estuvo presente en el sorteo, el presidente del Betis, Ángel Haro, que quiso "agradecer a la RFEF" por la elección del Villamarín para acoger "la gran fiesta del fútbol". "El Betis ha hecho un gran esfuerzo para levantar un renovado estadio para más de 60.000 espectadores, el cuarto de España y un escenario perfecto para la práctica de nuestro deporte y para la difusión mundial de televisión. Exportaremos la magia del Betis y de la ciudad de Sevilla", añadió.