La Copa Princesa no se podía partir en dos. Quizá una decisión salomónica fuese lo más justo. Pero tenía que haber un campeón y un subcampeón y fueron, por este orden, el Palafrugell y el Deportivo Liceo. Ambos protagonizaron una final intensa, con muchas alternativas y en las defensas se impusieron a los ataques. Dominaban el juego los locales, el marcador los catalanes, que aprovecharon muy bien sus contras y los errores del rival. Tuvieron que remontar los verdiblancos, que pese a los dos goles de distancia nunca le perdieron la cara al partido como demuestra que lo empataron en el minuto 47 (3-3). Fueron a la prórroga, donde también lo intentaron más y mejor, incluso con las ruedas del patín de Mikel Abeal volando por los aires fruto de la alta intensidad, pero la resistencia de los visitantes fue igual de férrea. Así que no quedó más remedio que acabar en los penaltis que sonrieron al Palafrugell, con tres aciertos, por los dos de los liceístas que, pese a perder no pueden decir que fueron derrotados. Uno no lo hace cuando cae en pie.

De campeón es recuperarse de todos los golpes. De campeón es el carácter ganador que hace especial a este equipo. Aunque no se llevasen el premio. Lo tuvieron muy lejos. El Palafrugell conocía bien sus movimientos y estuvo duro y bien posicionado en defensa. Era my difícil superar el muro y, cuando lo hacían, los verdiblancos no tuvieron su mejor día en la definición. Los catalanes, todo lo contrario. Le beneficiaban todos los rechaces, se aprovechaban cada vez que el conjunto dirigido por Andi Colaianni cometía algún error y no perdonaba. En el minuto 4 Borja Ramón hizo el primero. Casi de rebote. El golpe fue todavía mayor. Porque prácticamente en su segunda ocasión, segundo tanto del Palafrugell, también segundo de Borja Ramón. Fue una contra de tiralíneas y el delantero visitante solo tuvo que empujarla en el segundo palo para batir al portero asturiano Dani Menéndez.

El Liceo quedó tocado. Dos goles en contra y los catalanes amenazaban con más, incluso con una bola al palo. Pero la reacción también fue a la altura. Una respuesta casi a la medida. Robo, Martín Payero asistió a Mikel Abeal y este fusiló la portería contraria. Se reducía la distancia antes del descanso para hacer justicia con el equipo que más y más lo había intentado en los primeros 25 minutos, sin suerte y sin acierto. Faltaban centímetros para que el resultado fuera otro bien diferente.

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Al Deportivo Liceo se le escapa la Copa de la Princesa en los penaltis

Tanto había remado el Liceo para encontrarse con otro gol en contra nada más empezar la segunda parte, obra de David Carles. Podía haber sido la puntilla, lo que hundiera definitivamente a los de casa. Pero fue al contrario. Volvieron a sacar lo mejor de sí mismos para buscar lo que parecía imposible. Y así llegó el segundo, con suspense. Marcó Martín Payero, pero un árbitro lo dio válido entre los protestas visitantes, que pedían que tenía que haber sido anulado por marcarlo con el patín. Después de deliberarlo, el gol subió al marcador. Daba la sensación de que los verdiblancos tenían que sudar más de lo normal para marcar ante una defensa que desviaba bolas como un frontón. Y así pasaban los minutos sin que el Liceo pudiese hacer daño. Hasta cuando faltaban solo tres y de nuevo el veterano jugador argentino, ahora nacionalizado por Angola, volvió a hacer de las suyas con el tercero.

El empate dio paso a la prórroga. Dos tiempos de cinco minutos en los que por subir no aumentaron ni las faltas -se quedaron en 8 los dos-, aunque fueron los locales los que tuvieron el gol más cerca. Nada impidió llegar a los penaltis. Empezó tirando al palo Fabrizio Ciocale y Dani Menéndez parando el tiro de David Carles. Pero después Mikel Abeal chutó fuera y el Palafrugell ya no perdonó con aciertos de Ferrán García, Rubén Ruiz y Guillem Ribot. También marcaron los suyos Adrián Candamio y Martín Payero. Toda la responsabilidad quedó para el más joven, Dani López, que falló ante el capitán visitante Marcel Luzón.

La revancha será tan solo en seis días, cuando los catalanes volverán a A Coruña para medirse a los verdiblancos en la decimoquinta jornada de la OK Plata, segunda de la segunda vuelta. Será en el Agra, un feudo donde el Liceo solo ha perdido uno de sus compromisos, precisamente contra el Mataró ante el que se tomó la revancha al eliminarle en las semifinales de esta Copa Princesa. A partir de las 18.30 horas, nuevo capítulo aunque seguramente con distintos protagonistas, por lo menos en el bando coruñés, porque algunos de sus miembros, seguramente Martín Payero y Fabrizio Ciocale, tendrán que viajar a Reus con el primer equipo para jugar por otra copa, esta vez la Copa del Rey.