Ana Peleteiro empuñó en Glasgow la bandera de la nueva generación del atletismo español, mestiza, combativa e irreverente, que situó a España tercera en el medallero de los campeonatos de Europa en pista cubierta, la segunda mejor posición de su historia.

Dos potencias consagradas, Polonia y la anfitriona Gran Bretaña, precedieron en el cuadro de metales a España, que regresa a casa con seis (3 oros, 2 platas y 1 bronce). Sólo en Viena 2002 terminó mejor, encaramada por única vez al primer puesto del medallero.

La imagen de Bernat Erta, un ilerdense de 18 años, pegándose en la última posta del relevo con un veterano de colmillo retorcido como el belga Kevin Borlee, a quien apretó hasta la misma raya, ejemplifica el carácter de un equipo formado por 43 atletas (24 hombres y 19 mujeres) con una media de 24,8 años en el que nadie bajó los brazos. "Una generación maravillosa que respeta al rival pero no lo teme, con alma de ganadora". Así define al grupo el presidente de la Federación Española, Raúl Chapado.

Jubilada Ruth Beitia, Ana Peleteiro se prendió en Glasgow los galones de capitana, término empleado por el propio presidente para elogiar a la triplista gallega. Carlota Castrejana, que fue campeona de Europa con récord de España (14,64) en Birmingham 2007, tuvo el privilegio de asistir como jefa de equipo a su propio destronamiento. Ana Peleteiro elevó la plusmarca española a 14,73 metros.

Peleteiro (triple), Álvaro de Arriba (800) y Jorge Ureña (heptatlón) pusieron los oros, Óscar Husillos y el relevo 4x400 las platas y el joven burgalés Jesús Gómez el único bronce, pero hubo también tres cuartos puestos (Orlando Ortega en vallas, Mariano García en 800, Eusebio Cáceres en longitud) y 14 finalistas que elevaron a España al segundo puesto en la clasificación por puntos.

Medallas en velocidad, mediofondo, saltos, combinadas y relevos. Excepto en lanzamiento de peso, donde Úrsula Ruiz y Carlos Tobalina no estuvieron a la altura, el atletismo español ofreció una imagen combativa y renovada en el Emirates Arena, y eso que no estaba Bruno Hortelano, que renunció a la campaña bajo techo.

Los Europeos en pista cubierta constituyen el escenario más barato para subir al podio, pero lo mejor para España fue el rastro que dejaron sus atletas en la capital escocesa. Las "Superchicas" Jael Bestué, de 18 años; María Vicente, de 17, y Salma Paralluelo, de 15, recibieron su bautismo de fuego entre las mayores. Por si no lo tenían ya bien asumido, las tres pudieron comprobar la distancia exacta que todavía las separa de las atletas consagradas y las tres recibieron la lección con humildad y aplomo.

El mediofondo, que llevaba unos años sumido en una grave crisis, ha encontrado dos talentos naturales, surgidos por generación espontánea, en Mariano García y Jesús Gómez, capaces de competir sin arrugarse con el recuerdo de Cacho.

Las competiciones internacionales se adentran a partir de Glasgow en un ciclo menos propicio para el lucimiento de los españoles: Mundiales de Doha al aire libre, los de pista cubierta de Nanjín (China) y los Juegos Olímpicos de Tokio. Pero, de momento, los Europeos les han puesto en órbita.