Dani Carvajal reconoció que haber vivido su peor noche como profesional con la derrota por 1-4 ante el Ajax culmen de lo que calificó como "una temporada de mierda", aunque sin querer hablar de fin de ciclo.

"Sí, nunca he tenido esta sensación de malestar, no sé ni explicarlo. Se nos ha ido todo en una semana y no hay que buscar excusas, el rival ha hecho mejor su partido, ha sido mejor y ha merecido pasar", expresó Carvajal.

El lateral señaló que "nunca es fácil venir de dos derrotas en casa ante el Barça", pero que afrontaban este duelo "con la mente clara de pasar, de hacer un gran partido y ganar". "Hemos tenido dos errores y nos hemos puesto 0-2 en contra".

El Madrid fue eliminado nueve años después en octavos de final de la Liga de Campeones, en la noche más negra del dominador del torneo, remontado por un Ajax exultante que sacó a relucir todos los defectos de un equipo a la deriva, descompuesto, que en seis días se despidió de todo.

Fin a la temporada. A inicios de marzo. La caída sin red de un Madrid sin referentes, se recrudeció en su competición fetiche. Se lo jugó todo a una carta y esta vez perdió. El campeón se descompone. Cayó con estrépito, dilapidó su ventaja de Amsterdam por una profunda depresión que arrasa con todo, incluido con un Solari sentenciado. Nuevo entrenador y reestructuración profunda de la plantilla.

Ausencia total de un líder a la hora de la verdad y con el capitán en la grada por decidir que la vuelta era momento para forzar una amarilla. Despropósito total. Ya rozó la debacle en una primera mitad en la que todo lo malo que podía pasar le sucedió a un equipo sin confianza. Una caricatura del campeón. Estrellándose con la madera antes de ser un juguete en manos de cualquiera que pase por el Bernábeu.

Un proyecto que nació mal desde el inicio, por el inmovilismo de la directiva a cubrir la salida del que era líder absoluto del equipo, Cristiano Ronaldo, y que ha tenido un desplome inesperado. Tres competiciones perdidas en una semana. De los dos clásicos dolorosos por ser un golpe de realidad, al castigo durísimo de un Ajax exultante en su físico que se paseó en el Bernabéu.

Se escuchaban más a 4.000 holandeses en la grada que a 76.000 madridistas. Ni noche de Copa de Europa, ni recibimiento previo, ni nada. El aficionado ve de frente la realidad y acude a un nuevo capítulo de sufrimiento, con poca esperanza en la resurrección. Este año con menos argumentos que nunca para aferrarse al milagro. El Madrid más endeble de la última década.

Pudo tomar aire si el travesaño no hubiese repelido el testarazo de Casemiro nada más alzarse el telón. El Madrid salió duro, intimidatorio en el balón dividido, hasta que Kroos expresó lo contrario. Blando, con exceso de confianza, cayó pensando que se señalaría falta y provocó un contragolpe en superioridad que el Ajax interpretó a la perfección. Tadyc leyó la acción y Ziyech superó a Courtois con su disparo colocado. Era el minuto 7 cuando se iniciaba la pesadilla.

Un equipo repleto de campeones de Europa se desplomó. De nuevo en manos de Vinicius y su falta de puntería. Con el nerviosismo castigando el error desde la grada con silbidos. La falta de gol pasaría factura. En la siguiente acción, Tadic firmaba la jugada de su vida, con regate con ruleta, y su pase al espacio lo aprovechaba Neres.

El campeón tambaleándose, a punto de ser noqueado por un grupo de jóvenes que salieron sin complejos a castigar las debilidades madridistas. Ni un movimiento táctico de Solari. De nuevo la espalda de Carvajal y Neres en esta ocasión perdonaba el tercero picando en exceso el balón a la salida desesperada de Courtois.

Sin defensa alguna que le escudase, Courtois sacaba dos balones a Ziyech que se exhibía. Sin control alguno, duelo de ida y vuelta, Modric dejaba a Bale la posibilidad de calmar la tormenta. De nuevo el palo frenaba al Madrid.

Salió encendido en la segunda parte. Solo quedaba el orgullo. Asensio acarició el primero, Benzema chutó arriba la primera y la segunda cerca del poste. Le ponía de nuevo voluntad el Madrid cuando llegaba la acción clave del duelo. Un balón de Reguilón luchado por Mazraoui sobre la línea para el VAR, que acabó con Carvajal superado por un auto pase y el disparo a la escuadra de Tadic.

Tres goles o humillación. Veinte minutos y Asensio, de disparo cruzado, alimentó el milagro. La esperanza duraba dos minutos. Lo que tardaba Courtois en teñir de negro su noche comiéndose una falta lateral por dar un paso al frente y reaccionar tarde a un balón que entró por el segundo palo.