Alberto Seoane es un excepcional jugador de tenis de mesa. Punto. No hace falta decir que tiene una discapacidad física. Porque el coruñés destaca en todas las categorías. En la paralímpica, en la que es campeón del mundo por equipos y doble diploma olímpico en Río 2016 -y en la que también aspira a clasificarse para Tokio 2020-. Y también en la que incluye a personas sin discapacidades físicas, como demostró el pasado fin de semana en la Liga Nacional. Regresó a casa para jugar con el Club del Mar, su equipo de toda la vida, en la Segunda Nacional y, con dos victorias en sus dos partidos individuales, contribuyó al triunfo global de los de San Amaro contra el AD Vincios-Domínguez Dantas por 4-2, lo que además le permite seguir en la lucha por el ascenso de categoría.

Seoane, que vive en Barcelona y se entrena en el CAR de Sant Cugat, decidió esta temporada volver a jugar partidos con el equipo que le vio crecer, dirigido por el chino Zhao Qiang El domingo, Adrián Arias inició el trabajo con victoria frente a Eladio Costas, pero la derrota posterior de Sergio Pérez ante Héctor Costas dejaba en suspense el encuentro. Seoane ganó entonces por 3-2 a Mario Cebreiro (5-11, 10-12, 12-10, 11-6 y 11-9) y puso por delante a los coruñeses, lo que repitió tras el empate visitante con el triunfo de Héctor Costas contra Adrián Arias. Alberto firmó el 3-2 al imponerse a Eladio Costas por 3-0 (11-7, 11-5 y 11-4). Una actuación decisiva para el Club del Mar.