Sergio Ramos y Florentino Pérez fueron dos de los protagonistas en el postpartido de Champions en el que el Madrid se despidió de la competición frente al Ajax tras la bochornosa e histórica derrota (1-4) ante los holandeses.

El capitán, que no había jugado el partido por forzar una amarilla y así poder pasar limpio a unos supuestos cuartos de final, bajó al vestuario tras el partido. Allí se encontró con un ambiente desolador. Los rostros de decepción eran evidentes.

Allí coincidió con Florentino Pérez, quien no se cortó un pelo pese al visible caos entre los futbolistas. El presidente comenzó a señalar a los futbolistas de la eliminación, argumentando que los principales responsables de la desastrosa situación del equipo eran ellos. Además de la eliminación de la Champions, los blancos ya se habían quedado fuera de la Copa del Rey y de LaLiga esa misma semana tras caer dos veces seguidas ante el Barça también en Chamartín.

Entonces el central no se cortó y contestó al presidente excusando a sus compañeros y recordando que en verano avisaron de que hacía falta inversión y recambios -sobre todo en ataque- tras la marcha de Cristiano. Ambos comenzaron un enfrentamiento dialéctico y en un momento dado, cuando la conversación subió de tono, Ramos retó al máximo responsable del club a echarle. El defensa le dijo que le pagara lo que le resta de contrato -hasta 2021- y que si hacía falta hacía las maletas.

El capitán reprochó de este modo el calentón de Florentino. La bronca no fue a más, aunque la situación en el Bernabéu es muy tensa. Sin aspiraciones pero con el tramo final de la competición doméstica por jugar, con la afición encendida, con bajas muy sensibles y con la relación entre jugadores y Santiago Solari casi rota -el futuro del técnico también es una incógnita- los blancos siguen preparando pese a todo el próximo partido frente al Valladolid.

Otras tensiones entre Florentino y Ramos

No es la primera vez que Sergio Ramos actúa más allá de su función como capitán en el verde. A la hora de firmar entrenador el pasado verano tras la marcha de Zidane, fue el sevillano el que abogó por Julen Lopetegui, quien terminaría fracasando. Más tarde, tras la destitución de éste, el capitán declinó públicamente la opción Conte porque "el respeto se gana, no se impone", tal y como declaró en referencia a la mano dura. Sus declaraciones nunca fueron vistas con buenos ojos por el presidente del club, que siempre ha pensado que Ramos se excede en sus labores de capitán. La situación más tensa entre ambas partes ocurrió en 2015, en pleno proceso de renovación. Su agente y hermano, René Ramos fue duramente atacado en la cúpula blanca por pedir una mejora de las condiciones del contrato. Finalmente, ambas partes llegaron a un acuerdo y se firmó el contrato hasta 2020, que el pasado curso se prolongó hasta 2021.