La presencia de la mujer en el mundo del deporte tiene todavía algunos puntos negros. El del arbitraje es uno de ellos. Hay pocos referentes o espejos en los que mirarse, pero sí es cierto que cada vez el número crece y hay muchas federaciones implicadas directamente en la promoción femenina. El deporte coruñés no es ajeno a esta tendencia, aunque sí que es cierto que en este caso no han faltado modelos, con algunas de las grandes pioneras en sus respectivas disciplinas. Este verano, de hecho, dos árbitras de la ciudad tendrán representación en dos de las citas más importantes del panorama internacional como son el Campeonato del Mundo de atletismo, que será en Doha y en el que estará en las pruebas de marcha Dolores Rojas -que también ha sido convocada para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020-, y el Campeonato del Mundo de natación de Corea con Elena Sánchez. Las dos son un ejemplo de que no hay techos ni fronteras.

Ellas juzgan sin ser juzgadas. No tienen esa misma suerte muchas de sus compañeras. Según varios estudios, muchas mujeres desisten por la pérdida de confianza, pero también porque la diferencia salarial con los hombres. Las hay que han tenido que ir abriendo camino, como la coruñesa Teresa Martínez, primera y durante muchos años única mujer en el colectivo arbitral del hockey sobre patines. Le tocó escuchar de todo, incluso desde sus propios compañeros de profesión. Los campos de fútbol también son un terreno poco propicio para las mujeres. Los tiempos están cambiando, pero todavía hay quien no entiende la presencia femenina sobre los terrenos de juego, más si es para imponer justicia. También aquí hay un ejemplo coruñés de alcanzar los sueños. Yolanda Parga llegó a la Tercera División, pero como asistente ha estado en los principales escaparates mundiales: Campeonatos de Europa, del Mundo y dos Juegos Olímpicos. La Federación Española de Fútbol, de hecho, tendrá este fin de semana un gesto hacia las árbitros y durante la jornada todos sus colegiados utilizarán silbatos de color violeta.

El principal obstáculo no es la discriminación. En fútbol, como en otros deportes, los requerimientos para hombres y mujeres son exactamente los mismos. Quien vale, quien supera las pruebas, llega. Pero hasta ahora había muchas niñas que no veían el arbitraje como una posible salida. Consciente de este problema, la Federación de Baloncesto, entre otras, está haciendo un esfuerzo por su visibilización. Por primera vez en la historia dos tríos arbitrales íntegramente formados por mujeres pitaron un partido de Liga 1 y otro de LEB Oro, con las coruñesas Laura Piñeiro y Paula Lema en cada uno de ellos. Normalidad es la palabra. Ellas no quieren ser más ni menos. Ni recibir un trato especial. Simplemente que no se le cierren las puertas por el hecho de ser mujer. Están iniciando el camino y llegar hasta arriba será duro, pero por lo menos no tener que hacerlo con piedras en los bolsillos.