Después de una temporada con continuas molestias que le lastraron a la hora de continuar con su meteórica progresión, Irene Blanco vuelve a ser la de siempre, ese animal competitivo que le ha hecho ir destrozando los récords de halterofilia allá por donde pasaba. Hace un mes, de hecho, que la coruñesa estableció cuatro plusmarcas nacionales sub 17, categoría en la que esta semana competirá en el Campeonato del Mundo en Las Vegas con muchas opciones de colgarse una medalla. Ella, no obstante, prefiere no centrarse en ningún objetivo en concreto. Lo primero es repetir sus marcas, incluso mejorarlas. Porque eso ya le hará estar directamente donde quiere estar. "Si lo hago eso significará estar en el podio o cerca de él", aseguró antes de viajar. Desde ayer ya está en la ciudad del estado de Nevada (Estados Unidos) preparada para el que puede ser su gran momento, que llegará el viernes con la competición en su categoría, la de más de 81 kilos.

En un deporte que está creciendo tanto a nivel español, sobre todo a rebufo de la gran campeona Lydia Valentín, Irene Blanco puede convertirse en su principal discípula. La coruñesa, otro de los múltiples descubrimientos del buen ojo del húngaro Ferenc Szabo, que se recorre los colegios de la ciudad en busca de nuevos talentos, entrena desde el año pasado en Madrid en el Centro de Alto Rendimiento de la Blume. Pero una inoportuna lesión no le permitió durante 2018 rendir al cien por cien. "Pero ya no queda ninguna molestia y estoy al cien por cien, me encuentro más fuerte que nunca y con muchas ganas de competir", dice. "Estoy respondiendo muy bien a los entrenamientos, no solo por las cargas físicas sino también por detalles técnicos que estoy intentando cambiar", anuncia.

"Me gustaría hacer buen papel pero no me presiono demasiado. Sé que si hago mis marcas estaré arriba", añade. Su última gran competición fueron los Juegos Olímpicos de la Juventud, disputados el año pasado en Buenos Aires (Argentina) y en los que finalizó en sexta posición. En categoría sub 15, además, ya fue subcampeona de Europa y ostenta varios récords continentales.