Dayi Borrego guarda con especial mimo la camiseta que utilizó en San Mamés el 27 de abril de 2003. Ese día, como jugadora del Híspalis, jugó en el feudo bilbaíno. Su equipo encajó 5 goles. El Athletic celebró la conquista de su primera Liga, arropado como nunca. Las gradas se llenaron con 35.000 aficionados, imagen insólita para el fútbol femenino español.

"La camiseta de ese día es una reliquia. Escribí la fecha con un rotulador y no me la he vuelto a poner. Es un regalo tenerla. ¿Quién me iba a decir a mí que iba a jugar en un campo profesional?", sostiene la ahora entrenadora del equipo alevín del Sevilla.

Daiana, conocida en el mundo del fútbol como Dayi, habla como si aquella experiencia no la hubiese vivido hace 16 años sino ayer y agradece poder revivir a través de su relato aquel fin de semana "tan especial". "La diferencia entre los dos equipos era brutal y sabíamos que nos podíamos encontrar un resultado bastante amplio, pero a nosotras nos daba igual", asegura.

Se plantaron en el estadio tras un viaje en metro. En el tramo hacia San Mamés descubrieron una ciudad y una afición avanzada a su tiempo "en cuanto a apoyo y a visibilidad del fútbol femenino".

"Cuando llegamos al estadio nos escoltó la Ertzaintza. Nos hizo un pasillo. ¡No hacía falta! ¡Si no éramos nada! Yo no me lo podía creer, pero estábamos pisando la Catedral como futbolistas".

Al ser un nuevo visitante en San Mamés, las cinco capitanas del Híspalis hicieron la ofrenda floral a Pichichi. Después, todas las jugadoras de la plantilla se sumaron en su homenaje a la afición del Athletic.

"Salimos al campo con una camiseta que ponía: 'Gracias Bilbao por apoyar el fútbol femenino'. El campo estaba lleno, solo escuchábamos los ánimos y en algunas fases del partido yo incluso me quedé parada porque el público estaba haciendo la ola. Por momentos desconectaba del partido para disfrutar de la fiesta. Fueron los 5 goles que con más gusto recibí. Nosotras habíamos ganado también al pisar ese campo", apunta sobre aquel día de 2003. Dayi tenía 19 años.

Uno menos cuenta Laia Aleixandri, la joven central del Atlético de Madrid que ayer jugó de titular ante el Barcelona en el estadio Wanda Metropolitano. Ella es una de las jugadoras llamada a marcar una época en el fútbol femenino español. Este domingo vivió en primera persona otro día que será recordado.

La afición colchonera „también hubo numerosos seguidores barcelonistas„ fijó el récord de asistencia a un partido de fútbol femenino en España en 60.739 espectadores. "Es un premio", convino Amanda Sampedro en la sala de prensa.

Solo un día antes, la capitana del Atlético de Madrid descubrió en el paseo de leyendas una placa con su nombre. Lo hicieron también Silvia Meseguer y Ángela Sosa al haber superado el centenar de partidos con la elástica rojiblanca. Multitud de camisetas con sus nombres fueron vendidas este domingo en la tienda oficial del club.

Ese reconocimiento es una muestra más del profesionalismo hacia el que se encamina la disciplina. Hace 16 años, recuerda Dayi Borrego, las jugadoras del Híspalis tenían un chándal y dos equipaciones para toda la temporada. No disponían de servicio médico ni de fisioterapia. El Barcelona, en cambio, se presentó en Madrid con Lluís Cortés al frente del nutrido cuerpo técnico que debe colocar al equipo azulgrana cada vez más cerca de la elite europea.

"Hablamos de 60.739 aficionados, una cifra brutal. Yo, que llevo muchos años en esto, he estado en campos con 20, 30 o 40 personas. Los familiares y nadie más. Estar en un escenario como este es algo bestial, un premio muy grande todos", indicó.

"Hace 15 años, el fútbol femenino tenía sus impactos mediáticos a nivel local, pero a nivel nacional solo existían algunas plataformas digitales, como Futfem. Era el foro en el que nos metíamos todos. Luego se fueron incorporando los medios digitales y, después, los grandes diarios deportivos. Ahora hay información de fútbol femenino en cualquier sitio y en la web de LaLiga puedes saber los resultados a tiempo real", destacó Rubén Alcaine, presidente de la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino.

"Las jugadoras", añadió, "se han implicado muchísimo en tiempos muy duros y eso que se sembró años atrás empieza a dar sus frutos. Ahora hablamos de que hay muchísimas jugadoras profesionales", aseguró.