El Deportivo Liceo respira. La victoria de ayer contra el Girona por 6-1 fue un bálsamo. Sirvió para volver a ganar después de dos derrotas seguidas. Para recuperar el subcampeonato, que el día anterior le había arrebatado el Reus, y de paso volver a alejar a cuatro puntos al Noia, su verdugo del martes. Y para el renacimiento de unos jugadores tocados en lo anímico y en lo físico y que por un día volvieron a parecer los del principio de temporada, con frescura, rapidez y definición. Y así son muy difíciles de parar, más para un rival que se plantó en el Palacio de los Deportes de Riazor demasiado a la expectativa. Si no tienes un plan, los verdiblanco te machacan. Ahora, con un poco más de oxígeno, estos tendrán dos semanas de descanso y para preparar su próximo compromiso, que no será hasta el 30 de marzo en la pista del Alcoy. De aquí a finales de temporada el calendario es benévolo, con prácticamente solo un partido cada quince días por la coincidencia con competiciones europeas y de selecciones. En abril solo habrá dos jornadas, en mayo tres, incluido el desplazamiento a Reus, y la liga finalizará el primer fin de semana de junio. Siete finales por delante

Tal y como está la clasificación, la lucha por la segunda plaza es lo único que motiva ya al Liceo. Y para eso no quedaba otra que ganar al Girona. Con las ya habituales bajas de los hermanos Lamas „el mayor Josep cumplió ayer su último partido de sanción y ya estará disponible para el siguiente„, pero con el regreso de Martín Payero después de jugar con la selección de Angola, Juan Copa apostó por no escatimar esfuerzos desde el principio. En los últimos partidos la estrategia había sido otra, aguantar para jugársela al final. Había salido mal. Así que no había que perder el tiempo. El primer gol llegó en el minuto cuatro, de Carlo di Benedetto. Y el Liceo dominaba a placer, aunque el Girona se mostraba peligroso a la contra y metió miedo con dos bolas al palo y obligando a dar lo mejor de sí a Xavi Malián en tres intervenciones seguidas. El conjunto local respondió con una gran jugada individual de Marc Coy. Se coló en el área y delante de Llaverola la pico para batirle por alto. Antes del descanso se sucedieron las ocasiones, con palo de Di Benedetto, y dos acciones de Facundo Bridge y Sergi Miras.

La tendencia era clara. Y los verdiblanco sentenciaron a la vuelta de vestuarios. Marcó David Torres, muy activo y acertado. De él también nació el cuarto en una contra solo ante Llaverola. El meta detuvo con los pies, pero Di Benedetto tocó ligeramente el rechace para lograr el gol. El Girona solo podía ser peligroso en acciones puntuales. Un tiro aislado de Enric Torner supuso el 4-1 y Manel García tuvo el segundo en su stick pero mandó la directa al palo. Y en la recta final, aluvión de bola parada. Di Benedetto falló una directa pero Miras y Coy mandaron a las redes sendos penaltis para el 6-1 definitivo.